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Así lo ha asegurado Miquel Pascual, profesor de Fruticultura de la Universidad de Lleida, en una jornada técnica dedicada a la presentación de “Investigaciones para mejorar la calidad del aceite de oliva”, que se ha desarrollado en la Feria de Sant Miquel-Eurofruit. De este modo, Pascual ha explicado que, después de unos ensayos de larga duración, se ha comprobado que se puede aplicar un mayor nivel de nitrógeno en los olivos sin alterar la calidad del aceite y con unos rendimientos muy importantes.
Durante su intervención el profesor de la Universidad de Lleida ha hablado de unos parámetros de 1,8 a 1,95 kg N/árbol, cuando el olivar tradicional suele aplicar y entre 0,5 y 1 kg N/árbol. Los ensayos han constatado que con este incremento la producción puede llegar a 3.830 Kg/ha, y antes de finalizar su exposición Miquel Pascual ha afirmado que “la mejora de la calidad es la pieza clave para valorar nuestros aceites”.
Esta jornada también ha contado con la intervención de la doctora Laura Rubió, investigadora del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili de Reus, quien ha asegurado que “consumir aceite de oliva virgen extra es muy beneficioso para la salud”, porque según ha señalado, “reduce en un 30% el riesgo de sufrir complicaciones cardiovasculares (infarto de miocardio, ictus o muerte cardiovascular), según las conclusiones del estudio Predimed (Prevención con dieta mediterránea)”.
La investigadora también ha constatado que los polifenoles del aceite reducen en gran medida el colesterol LDL oxidado y ha explicado que, según un estudio de la Universidad de Lleida, una ingesta de aceite de oliva enriquecido con polifenoles provoca grandes beneficios para la salud, ya que tiene efectos antioxidantes, antiinflamatorios, mejora la función endotelial, etc.
Asimismo, en esta jornada también ha participado Mari Paz Romero, catedrática de Tecnología de los Alimentos y directora científica del Servicio SCT-Análisis de alimentos de la Universidad de Lleida, quien ha abordado las mejoras en los procesos de elaboración de aceites de calidad. Romero ha constatado que el consumidor de aceite virgen extra se puede clasificar en: el que lo consume por tradición, por placer (aromas, sabor…) y por salud (alimento básico dentro de la dieta mediterránea).
La catedrática ha dado una serie de pautas a los productores con el fin de conseguir la máxima calidad en la producción del aceite, desde el momento de la recolección, hasta el envasado final, pasando por el filtro del aceite, la mezcla de diferentes variedades, la conservación utilizando atmósferas modificadas para evitar la oxidación y la pérdida de fenoles, la aplicación de enzimas para facilitar la limpieza de los aceites, etc. Romero también ha aconsejado a los productores que utilicen los laboratorios para conocer las características de su producto con el fin de mejorar la calidad del mismo.