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Según los datos aportados por la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Bangkok, el tamaño del mercado del aceite de oliva en Tailandia fue de 14,25 millones de euros en 2021, y se compone íntegramente de las importaciones, ya que Tailandia no es un país productor. Cuenta con la presencia de numerosas marcas y la competencia es muy fuerte, por lo que la diferenciación resulta esencial. En este sentido, el acceso al mercado requiere realizar un gran esfuerzo en la promoción para singularizar la marca. En 2020, las ventas se redujeron debido a la pandemia, y regresaron a la senda del crecimiento en 2021,
España es la líder del mercado, y obtuvo una cuota del 59 % para el aceite de oliva virgen y del 66 % para el refinado en 2021. Italia le sigue, a gran distancia, con una disparidad entre el valor y el volumen de sus importaciones.
Con respecto a las calidades importadas, el aceite de oliva virgen, se obtuvo un 27 % en valor correspondiente a tan solo el 18 % del volumen importado. Para el refinado, el producto italiano supuso un 44 % del valor con un 33 % del volumen importado. Otros países con una presencia en el mercado mucho más reducida son Grecia, Túnez y Turquía.
Tailandia, también está experimentando un importante cambio en la demanda. La población es cada vez más urbana, y la renta media de los hogares está en aumento. La toma de contacto con el producto se suele producir a través del canal HORECA, en platos occidentales, especialmente mediterráneos. Se considera un producto gourmet, y entre los factores decisivos destacan: el etiquetado, el origen del producto, el envase, el precio, los beneficios para la salud y la marca. Asimismo, existen nuevas tendencias en el sector, como el smart packaging, la comercialización de aceites combinados o la búsqueda del aval de organizaciones de consumidores.
Los consumidores en este país pueden segmentarse en tres grupos. El primero está compuesto por los consumidores locales. La gran mayoría desconoce el producto por completo, y no sabe diferenciar entre los diferentes tipos de aceite de oliva ni sus aplicaciones. A pesar de ello, existe un nicho de consumidores de poder adquisitivo medio-alto y alto que conocen y valoran el producto, así como sus beneficios para la salud. El segundo grupo son los expatriados y turistas. Muchos expatriados sí suelen conocer el producto. Tienen un alto poder adquisitivo y están dispuestos a pagar un precio mayor por productos de buena calidad. Por su parte, la mayoría de los turistas rara vez consumen aceite de oliva, prefiriendo disfrutar de la gastronomía local. El tercer grupo está constituido por las empresas de la industria conservera. Estas compañías se limitan a cumplir con los requisitos impuestos por el cliente final para el aceite en conservas. Priorizan principalmente el precio.
El precio del aceite embotellado depende en gran medida del tamaño y presentación del envase. Por lo general, el precio de venta por litro es mayor cuanto más pequeño es el envase. Los formatos más populares son las botellas de 250 ml, 0,5 L y 1 L. Habitualmente, y según el tamaño del envase, los precios varían entre 180 THB y 500 THB.
En este punto, el aceite de oliva italiano presenta el mayor precio que el español. Existen tres razones principales por las que el producto español presenta un valor menor al italiano. En primer lugar, la marca país de España no está tan consolidada como la italiana. Esto se debe a que las empresas italianas fueron las primeras en comercializar sus productos en Tailandia, y, a diferencia de España, cuentan con una amplia red de restaurantes en el país. La segunda razón reside en el consumidor final. El aceite italiano se dirige en su totalidad al canal HORECA y detallista. En este aspecto, el principal demandante del producto español es la industria conservera, que opera con unos márgenes mucho más reducidos y tiene un menor valor añadido. Finalmente, el precio CIF de los productos italianos se incrementa puesto que se suele embotellar en origen, mientras que muchas empresas españolas optan por embotellar su aceite en destino.
La distribución puede diferir dependiendo de si se exporta el producto embotellado o a granel. Para el aceite de oliva embotellado, se debe contar con la colaboración de un importador local registrado, que conozca los procesos burocráticos y que tenga contactos con el canal detallista. Por otra parte, las empresas conserveras suelen importar directamente sin intermediarios. También existen importadores especializados en productos a granel, entre ellos el aceite. Actualmente, el arancel al aceite de oliva procedente de España es de 7 THB/L. Asimismo, se debe pagar el VAT del 7 % sobre el total de la suma del precio CIF más el arancel.
Las principales barreras no arancelarias existentes, se encuentra el requisito de exportar a través de un importador registrado, que deberá encargarse de los procesos administrativos, como la entrega de la Declaración de Alimentos y el certificado de calidad a la FDA. También están regulados el etiquetado y la aprobación de toda la publicidad relacionada con los alimentos.
Las oportunidades actuales del sector pasan por la implementación de pequeñas unidades de aliño para comidas preparadas y la inclusión del aceite de oliva en los aceites mezclados que se comercializan. También están surgiendo nuevas posibilidades de entrada en el sector cosmético.