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La incidencia de la mosca del olivar en Sierra Mágina está siendo desigual este año. Las zonas de campiña hasta ahora apenas están afectadas, sin embargo, las de Sierra tienen una incidencia bastante alta a pesar de las fuertes olas de calor que se han sufrido este verano. Otras campañas las altas temperaturas han frenado el desarrollo de esta plaga, pero en los dos últimos años no ha sido así en las zonas más altas de la comarca.
Las almazaras y cooperativas inscritas a la Denominación de Origen Sierra Mágina bajo la dirección del Consejo Regulador llevan desde mediados de agosto realizando tratamientos en diferentes localidades, Cambil, Campillo de Arenas, Cárcheles, Jimena, Pegalajar y Torres. Por tercer año consecutivo se están llevando a cabo de manera terrestre por la eficacia mostrada en los dos años precedentes.
Los técnicos de la Denominación de Origen Sierra Mágina iniciaron la campaña de control y tratamiento a mediados de julio con la etapa de monitorización. Esta consiste en la visita semanal de las estaciones de control en todos los términos municipales. Allí realizan un seguimiento sobre la población, fertilidad y picada de fruto de acuerdo al protocolo aprobado por la Red de alerta e información fitosanitaria de Andalucía (RAIF), entidad dependiente de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible. De acuerdo a esta información se determina el mejor momento para realizar los tratamientos colectivos contra esta plaga, a fin de lograr la mayor eficacia con el aprovechamiento máximo de los insecticidas.
La mosca del olivo es la principal plaga endémica en la comarca. Por esta razón el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Sierra Mágina y sus entidades inscritas vienen realizando estas actuaciones de control y tratamiento contra dicha plaga de forma colectiva e integrada desde su reconocimiento hace 1995, con el objetivo de reducir los efectos de su daño, y valorizar así el aceite de calidad de la comarca. Esta incidencia de la mosca en algunas localidades de la comarca suponen un problema añadido a la poca cosecha que se prevé tener este año y a los altos costes agrícolas.