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La bacteria Xylella Fastidiosa es, en estos momentos, la principal amenaza para los olivares españoles y europeos. Es la causante de una enfermedad de especial virulencia denominada desecamiento rápido del olivo, que en casos extremos llega a matar al árbol. Se detectó por primera en cultivos europeos en los olivos del sudeste de Italia en el año 2013, si bien tres años antes se habían descrito casos en California, aunque más benignos. Desde esa fecha se han confirmado infecciones por la bacteria en Francia, Alemania y, en 2016, en las Islas Baleares. Finalmente, en 2017 se detectó en la Península, afectando a almendros de la provincia de Alicante.
Se trata de una enfermedad trasmitida por insectos que se alimentan del xilema. Si lo hacen de una planta infectada, propagan la bacteria pudiendo afectar a decenas de especies de plantas: además del olivo y el almendro, también a la vid, la alfalfa o plantas ornamentales como la adelfa. El verdadero problema es que erradicación es muy complicada ya que no existe un tratamiento eficaz contra la bacteria más allá del control y eliminación de las plantas infectadas y eliminación del insecto que la propaga.
El Gobierno de España ha sido sensible a los requerimientos del sector, a través del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), que apoyó que en la convocatoria 2017 tuviera cabida un proyecto coordinado de investigación, con seis líneas de trabajo, en la que participan un total de 13 centros de todo el país, que tienen que ponerse en marcha este mismo año. Un proyecto, que como explica Rafael Sánchez de Puerta, responsable de I+D+i de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español, aborda esta amenaza desde varios frentes: “Desde el control preventivo, posible lucha contra la enfermedad, detección del vector (insecto que la propaga) y buscar estrategias para minimizar su extensión, etc. Nosotros, lo que hemos hecho es ponernos a disposición del INIA con la intención de cofinanciar proyectos que estamos ahora mismo en proceso de evaluación. Se ha hecho una convocatoria para que los grupos presenten iniciativas complementarias a las apoyadas por INIA, y financiadas por la AEI, para analizarlas y disponer la cofinanciación de aquellos proyectos de aplicación en nuestro olivar”.
No es la primera vez que la Interprofesional del Aceite de Oliva Español apoya la investigación en el campo de la sanidad vegetal a través de sus líneas de impulso a la I+D+i. Hasta ahora los mayores esfuerzos se han realizado en el control de la Verticilosis, en el que se han apoyado varias líneas de investigación. “La Interprofesional del Aceite de Oliva Español destina de media el 11% de su presupuesto al fomento de la innovación. Lo que nos convierte en una de las organizaciones que, a nivel europeo, mayor esfuerzo realiza en este campo en el sector agroalimentario. Es evidente que la investigación es para nosotros una prioridad”, asegura Rafael Sánchez de Puerta.