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El Consejo Oleícola Internacional inicia una nueva etapa en 2024. El pasado mes de diciembre, Abdellatif Ghedira finalizó su mandato como director ejecutivo de esta organización. Jaime Lillo López, elegido por unanimidad por el Consejo de Miembros del COI, toma el relevo en este cargo y se convierte en el primer español en dirigirlo.
Enero de 2024 marca el inicio de su mandato como director ejecutivo del COI, y además será el primer español en dirigirla. ¿Cómo definiría el COI y el trabajo realizado por Abdellatif Ghedira en su dirección?
El COI es la entidad internacional encargada de promover el cultivo del olivo, impulsar la calidad de sus productos y facilitar su comercio. Son pocos los cultivos, o productos, que gozan de este reconocimiento amparado por las Naciones Unidas. En mi opinión, se trata de un cultivo extraordinario y unos productos, los aceites de oliva y las aceitunas de mesa, excepcionales. El COI nació hace más de 60 años, con la vocación de reconocer y prestigiar esta realidad. Actualmente contamos con 45 países miembros que producen en torno al 96% de la producción mundial de aceite de oliva.
Abdellatif Ghedira ha hecho un excelente trabajo. Considero que se puede ir con la satisfacción de saber que ha dejado la organización mucho mejor de cómo la recibió. Ha sido también una profunda satisfacción trabajar juntos durante los últimos ocho años.
¿Cuáles serán sus principales líneas de trabajo en la organización bajo su dirección?
Las principales líneas de trabajo del COI se organizan en torno a tres objetivos principales definidos en el Convenio Internacional del Aceite de Oliva y de las Aceitunas de Mesa, 2015.
En primer lugar se encuentran los trabajos en materia de normalización e investigación. Entre ellos está la revisión y armonización de la norma internacional, dónde se determinan las categorías de aceites, como el virgen o virgen extra: cuáles son los parámetros que los definen, con qué métodos de análisis se pueden verificar, qué laboratorios tienen esas capacidades, etc. Todo ello permite facilitar el comercio internacional y evitar trabas, favorecer la defensa de los derechos de los consumidores, así como apoyar la lucha contra el fraude. A su vez, este trabajo permite fomentar la calidad y reconocer el esfuerzo detrás de los mejores aceites de oliva virgen extra a través del concurso internacional a la calidad “Mario Solinas”.
El COI también tiene una línea de trabajo que se centra en ser el foro de excelencia en el ámbito científico internacional. En torno al COI se agrupa el mejor conocimiento disponible en los ámbitos relacionados con el cultivo del olivo, la conservación y utilización de sus recursos genéticos, las prácticas de cultivo, la elaboración y calidad de sus productos, su comercialización, las propiedades saludables del aceite de oliva y las aceitunas de mesa, así como la relación con el medio ambiente o el cambio climático, entre muchos otros.
En segundo lugar está la transferencia de tecnología y la cooperación técnica. En este sentido se facilitan formaciones en los ámbitos relacionados con la calidad, las buenas prácticas y, cada vez más, con aspectos vinculados al medio ambiente y al cambio climático, así como otros temas específicos de interés.
Y por último, la promoción y la economía oleícola, bajo las cuales se facilitan las estadísticas mundiales, se elaboran estudios pertinentes y se llevan a cabo campañas de promoción.
Tienen disponible la entrevista completa para su lectura en el número 195 de Óleo.