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La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de Andalucía, a través del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (Ifapa), ha desarrollado un proyecto de investigación denominado “Diseño y análisis de nuevos instrumentos de política agroambiental para la adopción y difusión de la agricultura ecológica: Inspolae”. Este proyecto está dirigido a diseñar nuevos instrumentos que incrementen la rentabilidad del cultivo del olivar de montaña a través de técnicas respetuosas con el medio ambiente.
Con ello, la Administración andaluza pretende evitar el abandono de esta actividad a causa del desequilibrio entre productividad y costes de mantenimiento que se observan actualmente en este tipo de olivar.
Como resultado de sus investigaciones, los profesionales del centro Ifapa Camino del Purchil de Granada destacan la posibilidad de que las futuras políticas agrarias comunitarias contemplen el olivar ecológico de montaña como un sector a respaldar a través de nuevas líneas de subvenciones debido a los bienes y los servicios sociales y medioambientales que genera.
Esto podría llevarse a cabo a través del empleo de un contrato territorial de explotación de forma colectiva que facilitaría la cooperación entre los agricultores. Este instrumento de desarrollo rural y agrario, enfocado a una gestión más sostenible de las explotaciones agrarias, se presenta como un medio capaz de obtener los máximos beneficios de este cultivo, al margen del precio del producto en el mercado, tanto para el agricultor como para la sociedad.
Este modelo contractual se presenta como una oportunidad para los agricultores en cuanto a costes de gestión y de manejo así como de cara a ayudas de una futura Política Agrícola Común (PAC). En cuanto a los factores idóneos para el buen funcionamiento del mismo y, a la vez, para incrementar los beneficios que la sociedad recibiría a cambio del respaldo a estos productores, los investigadores señalan, entre otras circunstancias, que la superficie supere las 50 hectáreas o que el cultivo se encuentre incluido en áreas de la Red Natura 2000 y sensibles a contaminación por nitratos.
El olivar de montaña, que representa el 24% de la superficie total del olivar en Andalucía, se encuentra la contribución a la reducción de la erosión del suelo, a la lucha contra el cambio climático y a la conservación de la biodiversidad y del paisaje tradicional andaluz.