Revista
Ainia Centro Tecnológico celebraba ayer, 5 de febrero una la jornada-taller en la que se daban cita más de 100 consumidores y expertos catadores de aceite de oliva virgen para analizar las propiedades de éste. En este encuentro se constató que el 70% de los consumidores no reconocen los tipos de aceite de oliva y el 90% de los consumidores no sabe identificar sus categorías por su calidad sensorial.
Sin embargo, tal y como se constató en este encuentro, expertos catadores logran identificar las propiedades sensoriales (olor y sabor) que caracterizan a distintos tipo de aceite de oliva virgen. Entre las características positivas se encuentran el olor y sabor frutado, amargo o picante, frente a los atributos defectuosos identificados como olor y sabor a rancio, madera, avinagrado, húmedo o a tierra. María Lorente, técnico de Consumolab, afirmaba que, “al contrario de lo que podría parecer, por ejemplo, el sabor amargo que un consumidor podría identificar como atributo negativo, es característico de un aceite de oliva de calidad”.
A través de los análisis sensoriales homologados por la Comunidad Europea y ENAC (Entidad Nacional de Acreditación), que realizan expertos catadores, se evalúa las características sensoriales y en función de éstas se clasifica el aceite de oliva virgen en sus tres categorías: virgen extra, virgen y lampante, certificando así que cumple con los requisitos establecidos en la legislación comunitaria de cara a su identificación de calidad y comercialización.
Por otra parte, las razones para el uso del aceite de oliva por parte de los consumidores se establecen por diferentes criterios, según ha manifestado Brígida Jiménez, directora del Ifapa de Cabra, “alrededor del 85% por el sabor, el 60% por costumbre y la salud, mientras el aroma, el 20%”.
Asimismo, la cata abierta con consumidores ha permitido dar a conocer y evidenciar sensorialmente las distintas categorías de aceites de oliva existentes. La cata demostrativa con un panel entrenado ha incidido en explicar al consumidor la rigurosidad de los métodos de clasificación sensorial de aceites que determinan después su etiquetado.
Esta jornada tenía como objeto incentivar la formación del consumidor en una cultura de la calidad, que podría mejorar los hábitos del consumo, impulsando un mayor reconocimiento de este producto.