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Los Ministerios de Agricultura y Sanidad tienen las sospechas “fundadas” de que hay empresas productoras de aceite que están alterando muestras de análisis contradictorios. En una carta, la Dirección General de la Industria Agroalimentaria del Ministerio de Agricultura se advierte a las Comunidades Autónomas de la constatación de esta manipulación de las muestras precintadas para evitar con ello las sanciones derivadas de una inspección, manipulando precintos y sustituyendo el contenido.
Según señalan desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), “esta práctica pretende engañar no sólo a los consumidores sino también a la Administración con el objetivo de intentar invalidar posibles sanciones”. Añaden que “aunque este supuesto fraude no afecta a la salud si supone un engaño económico puesto que el consumidor paga un precio muy superior por un producto de calidad inferior a la anunciada”.
La Unión Europea financia varios proyectos encaminados a seguir poniendo en marcha nuevos método para detección de fraudes. “En un mercado global, como el que tenemos, el fraude es muy difícil de detectar y hay infinidad de materia primas con las que adulterarlo”, recalcan desde la Organización.
De este modo, “exigimos que se hagan públicos los nombres de los aceites afectados por este fraude comercial lo que pueda ser una medida más disuasoria que la propia sanción. Asimismo, también pedimos para establecer controles más rigurosos que impidan estos engaños al consumidor y sanciones ejemplarizantes para evitar un fraude que perjudica notablemente a los consumidores y merma la imagen del sector”, indican desde la OCU.
El fraude en la calidad del aceite no es nuevo. A lo largo de los estudios llevados a cabo por la Organización de Consumidores en los últimos 20 años “siempre hemos encontrado algún problema, desde los resultados del año 2000 donde encontramos mezcla con aceite de semillas, hasta el último en 2012 con fraudes en la calidad organoléptica. En aquel momento nueve marcas no tenían las características propias del aceite virgen extra pese a venderse como tal”.
A raíz de aquel estudio de 2012 algunas marcas demandaron a OCU. “Las sentencias que han desestimado dichas demandas han confirmado el trabajo riguroso de OCU en su denuncia contra un fraude que a la vista de estas informaciones a día de hoy persiste”, indican desde la Organización.