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La evolución de las negociaciones sobre el tratado de libre comercio e inversiones (TTIP) entre la Unión Europea (UE) y EEUU no responde a las grandes expectativas que los exportadores de aceite españoles tenían. Los industriales afirman que se ha perdido “una oportunidad histórica” para armonizar ambas legislaciones. Así lo ha explicado el director de la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (Asoliva), Rafael Picó, a Efeagro que, tras cinco rondas específicas de negociación, y a pesar de toda la colaboración que ha mostrado dicho sector durante todo el proceso, las últimas informaciones que les han transmitido no son esperanzadoras para estas empresas.
“Nos han informado de que las negociaciones del TTIP no son para armonizar la legislación entre los dos bloques”, según Picó. Y, más aún, les emplazan a que, si la industria oleícola europea quiere lograr ese objetivo, recurran al Códex Alimentarius -el organismo internacional es una pieza clave para las normas alimentarias- u otras instancias, como la EPA norteamericana, para la armonización en fitosanitarios, señala el director.
En su opinión, “esto sería un fracaso total porque el TTIP no serviría para nada” en lo que respecta a los intereses del sector oleícola español y europeo, a pesar de los grandes esfuerzos movilizados y a que hasta ahora “nos vendían el acuerdo como una oportunidad” para armonizar legislaciones muy diferentes que ahora suponen trabas para Europa.
EEUU es un mercado estratégico ya que es el principal consumidor de aceite de oliva fuera de la UE, importa 320.000 toneladas al año, aunque esta cifra se ha estancado en los últimos años debido a los ataques que se difunden en el país sobre la calidad de los productos importados, sustentadas en normas o analíticas propias norteamericanas. España vende a dicho mercado unas 85.000 toneladas, con un precio medio de 6 euros por litro, y se sitúa como segundo proveedor, después de Italia, aunque acortando las diferencias.
Picó remarca que la Federación Europea Oleícola (Fedolive) -que reúne a las asociaciones nacionales de Grecia, Italia, Portugal, Francia y España (Asoliva)-, así como la Asociación norteamericana de Importadores de aceite de oliva -de la que Asoliva también forma parte- habían consensuado un documento único.
En él, se recogían las prioridades de la industria ante la negociación del TTIP y los objetivos que, a su juicio, deberían alcanzarse. En este texto, pedían una armonización de las denominaciones del producto -que son diferentes a ambos lados del Atlántico y que obliga incluso a los envasadores europeos a hacer “etiquetas ad hoc” para dicho mercado-; de los métodos analíticos que determinan las calidades del producto y de los parámetros de química oleícola.
También demandaban en el citado documento conjunto que se homogeneizaran los requisitos sobre pesticidas para acabar con “barreras no arancelarias”, ya que hay partidas de aceites vírgenes extra que cumplen los requisitos en la UE, pero son rechazados luego en EEUU. Picó insiste en que las empresas tenían esperanzas de que el TTIP lograse acabar con las diferentes legislaciones y discriminaciones.
Según Picó, hay Estados norteamericanos, especialmente California -a su vez productor- que ni tan siquiera asume las normas del Consejo Oleícola Internacional (COI) y crea las suyas propias, en las que se basan para “atacar” a la calidad de los artículos importados y revalorizar al tiempo sus aceites de oliva propios.