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“Hoy en día la investigación en el sector primario debe buscar, ante todo, una rentabilidad para el agricultor y un ahorro significativo de unos recursos naturales que son limitados”, así lo asegura el presidente de Asaja-Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa. Para ello, “los drones ofrecen múltiples posibilidades para la agricultura porque pueden sobrevolar los campos de una forma rápida y captar información diversa gracias a sus sensores”. Esto permite que aquellos que gestionan los cultivos tengan a su disposición una herramienta para controlar e incrementar la productividad.
Por ello, la propia Asaja-Córdoba ha firmado un convenio de colaboración con Tvant (Trabajos de Vehículos Aéreos no Tripulados), con la idea de ofrecer a sus socios servicios de topografía, fotografía, fotogrametría e inspección aérea mediante drones. Un sólo dron puede monitorizar cientos de hectáreas de forma precisa, evaluando las condiciones del terreno, con el fin de recoger información sobre la hidratación, la temperatura o el ritmo de crecimiento de los cultivos. Una de las funciones más importantes que se atribuyen a estos dispositivos es la localización prematura de enfermedades. De esta forma, se pueden evitar plagas que arruinen parte de la cosecha.
Por tanto, toda esta información proporciona un ahorro de costes significativo para los agricultores porque son capaces de enviar fotografías e incluso vídeo en tiempo real a un centro donde se observe el estado de los cultivos.
Los objetivos son, entre otros, “mejorar los resultados económicos de las explotaciones olivareras, facilitar la reestructuración y modernización del sector, fomentar la innovación, cooperación y desarrollo en las zonas rurales, reforzar los lazos entre la agricultura y nuevas tecnologías, mejorar la competitividad de los productores primarios o lograr un uso más eficiente del agua y la energía en el olivar”.