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España es el primer país productor de aceite de oliva. Según los últimos datos proporcionados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la campaña 2020/2021 se cerró con 1,3 millones de toneladas de aceite de oliva producidas y se exportó 1.084.000 toneladas. Para poder llegar a los diferentes destinos, es necesario realizarlo en medios de transporte especializados que garantice su esencia, cualidades y propiedades. El medio más utilizado es el transporte terrestre, y el más indicado es través del uso de camiones cisternas.
Los camiones cisternas reúnen una serie de características que favorecen el transporte del aceite de oliva con una máxima garantía de seguridad y de conservación de producto. Su forma cilíndrica es la más apropiada para transportar todo tipo de líquidos, ya que no permite que el aceite sea batido con el movimiento del camión, por lo que mantendrá intactas sus propiedades. Cuando el aceite se transporta en cisterna se tiene en cuenta que posteriormente será envasado. En Óleo hemos querido conocer la opinión del sector de fabricantes de cisternas, y sobre todo de las destinadas a la movilidad de mercancías alimentarias líquidas. Parcisa y Farcinox, nos responde algunas preguntas con respecto a la evolución del sector y la logística en el sector del aceite de oliva.
Evolución de la logística del aceite de oliva
El sector del aceite de oliva, y su evolución en logística viene marcada como señala Pedro Martínez Fernández, director comercial y marketing de Parcisa, sobre todo porque el sector alimentario es un mercado esencial, y su producto estrella es el inoxidable. "Desde hace ya más de una década los transportistas especializados en este producto vienen demandando semirremolques ligeros y con aislante reforzado. Todo ello para poder conseguir la rentabilidad óptima. Además, los factores en la evolución del sector de las cisternas ha sido fundamentalmente la mejora del acabado interior pudiendo transportar y descargar mejor el producto, el aislamiento reforzado asegurando una temperatura controlada y sobre todo una mejora considerable de la tara del vehículo".
Para Farcinox, su responsable comercial del área norte y sur de España, César Sanz Jareño, señala que "las cisternas para el transporte de aceite de oliva, al igual que para el resto de los líquidos alimentarios, ha experimentado una notable evolución durante los últimos años en varios aspectos. Principalmente su evolución se ha basado en tres pilares fundamentales: en la reducción de tara para incrementar la carga efectiva útil; el incremento de la seguridad de operación del vehículo; la mejora en los acabados de todos aquellos elementos que entran en contacto con el líquido a transportar. Y destaca, que en el caso del transporte de aceite de oliva en particular, además, cada vez se opta más por vehículos isotérmicos que cumplan con la normativa ATP, a pesar de que no es obligatoria para su transporte".
El Sector y la COVID-19
"El sector de las cisternas es general es muy exigente en términos de calidad puesto que se trata de un sector muy específico donde los clientes conocen muy bien el producto que están adquiriendo. En este sentido, la principal demanda durante los últimos años es la reducción de peso para mejorar la rentabilidad del vehículo sin que esto comprometa su fiabilidad, lo cual supone un reto importante para el fabricante", señala Sanz Jareño. Martínez Fernández añade "Desde hace unos años el sector viene demandando sistema de seguridad y optimización en los semirremolques. Por ello desde hace varios años Parcisa va desarrollando prototipos para ir satisfaciendo estas necesidades".
En cuanto a la pandemia, "su impacto ha ido variando a lo largo del tiempo. En el inicio de la pandemia nuestro mayor problema fueron los confinamientos obligatorios, que provocaron el cierre de nuestra fábrica y el consiguiente retraso en nuestra planificación. Posteriormente, las numerosas bajas originadas no nos han permitido trabajar al 100% de nuestra capacidad en ningún momento. Y, por último, el incremento repentido en el precio de las materias primas ha tenido un impacto importante en nuestros márgenes. A pesar de todo ello, el volumen de ventas se ha mantenido estable gracias a la confianza de nuestros clientes y nos permite afrontar el futuro próximo con cierto optimismo", explica Sanz Jareño. Para Martínez Fernández, "El efecto, en su inicio, fue negativo tras la baja demanda que sufrimos al principio de la pandemia. Por lo que nos vimos obligados a realizar cambios en la logística interna de fábrica para poder asegurar nuestros pedidos".
El artículo completo se encuentra disponible para su lectura en el número 187 de Óleo.