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Investigadores de la Universidad de Alicante (UA) están trabajando en el desarrollo de un envase activo elaborado con materiales provenientes de cáscaras de almendra y huesos de aceituna, con el objetivo de mejorar la conservación de frutas y verduras al adsorber los gases que emiten durante su proceso de maduración.
El equipo de ENCARBIO, proyecto financiado con 190.008,61 euros por la Generalitat Valenciana en el programa de valorización y transferencia de resultados de investigación a las empresas (INNVA1/2022/26), está compuesto por Diego Cazorla, Emilia Morallón, Ángel Berenguer y Jessica Chaparro, con la colaboración del centro tecnológico ITENE especializado en I+D+i en envases y embalajes.
ENCARBIO
El proyecto se centra en el desarrollo de envases activos que integran componentes capaces de adsorber sustancias dañinas para prolongar la vida útil de los alimentos. Entre estos componentes se encuentra el carbón activado, sintetizado en los laboratorios de la UA a partir de residuos de biomasa como cáscaras de almendra y huesos de aceituna.
Diego Cazorla, miembro del equipo, destaca que estos carbones activados tienen una alta capacidad de adsorción de etileno, el gas que emiten las frutas y verduras durante su maduración, lo que permite retrasar este proceso y reducir el desperdicio de alimentos, al mismo tiempo que se aprovechan residuos de otras industrias para crear envases biodegradables.
Según datos de la Comisión Europea y la FAO, un tercio de los alimentos para consumo humano a nivel mundial son desperdiciados, siendo la fruta y las verduras los alimentos más afectados en España. En este contexto, el desarrollo de tecnologías de conservación como la propuesta por ENCARBIO cobra especial relevancia.
El proyecto ENCARBIO presenta ventajas en su metodología de síntesis de carbones activados, utilizando un método eficiente que permite transformar casi el 40% del peso del residuo en un nuevo recurso, sin que el contenido de humedad sea un impedimento.
Actualmente, ENCARBIO se encuentra en fase de validación, evaluando el impacto en la vida útil de los productos envasados mediante la medición de pérdida de peso, tamaño, así como análisis de color, olor y textura. Se espera que los resultados estén disponibles en junio, y se ha recibido un notable interés por parte de empresas del sector hortofrutícola en las posibilidades de este innovador material.