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En tiempos de sequía, como los que estamos viviendo, los olivareros buscan soluciones innovadoras para proteger sus cultivos. Una de las más prometedoras es el biochar, un compuesto orgánico que actúa como una auténtica "esponja" para retener el agua en el suelo. Esta capacidad de retención de agua, respaldada por numerosos estudios científicos, convierte al biochar en un aliado esencial para mejorar la resistencia del olivar a las condiciones climáticas adversas.
¿Qué es el biochar y cómo beneficia a tu olivar?
El biochar es un material orgánico que se produce al calentar biomasa, como el hueso y la pulpa del olivar, en un proceso de pirólisis sin oxígeno. Este proceso no solo genera vapor de agua y biochar, sino que también da lugar a un producto con una estructura porosa capaz de aumentar significativamente la retención de agua en el suelo. Álvaro Espuny, gerente y fundador de Carboliva, destaca que este compuesto, ampliamente utilizado en otros países europeos, aún es poco conocido en España, a pesar de sus excelentes beneficios para los cultivos.
Además de su capacidad para retener agua, el biochar tiene múltiples ventajas para el olivar. Mejora la fertilidad del suelo al retener y liberar nutrientes esenciales de manera gradual, lo que favorece el crecimiento saludable de las plantas. Su estructura también mejora la aireación y el drenaje del suelo, creando un entorno ideal para el desarrollo de las raíces. Otra característica destacable del biochar es su capacidad para secuestrar carbono, almacenándolo de manera estable en el suelo durante cientos de años. Esto no solo ayuda a mitigar el cambio climático al reducir el dióxido de carbono en la atmósfera, sino que también incrementa la actividad de microorganismos beneficiosos para las plantas, fortaleciendo su sistema inmunológico.
Una solución sostenible para el futuro del olivar
El biochar no solo mejora la capacidad de los suelos para retener agua y nutrientes, sino que también representa una herramienta poderosa para la regeneración de suelos degradados y la promoción de prácticas agrícolas más sostenibles. Una de las ventajas más significativas de este compuesto es su durabilidad: basta con aplicarlo una sola vez en el suelo para que sus efectos perduren durante cientos de años.