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Neofusicoccum mediterraneum y Comoclathris incompta son los nombres de los dos hongos que traen de cabeza a los productores de aceituna gordal sevillana, y el efecto de su acción hizo saltar las alarmas hace varios años, provocando la actuación de los patólogos de la Universidad de Córdoba (UCO). El grupo de Patología Agroforestal que dirige el profesor Antonio Trapero ha pasado cinco años tratando de entender qué era lo que estaba provocando la seca masiva de ramas en el olivar de gordal en el sur de España y Túnez.
La conclusión, publicada el pasado mes de febrero en la revista Plant Disease, es que son esas especies de hongos citadas las que están provocando la enfermedad, que afecta a una de las variedades de aceituna de mesa más populares a nivel internacional.
El hallazgo supone estrechar el cerco a una patología para la que había más de una treintena de sospechosos. Y es que estudios previos, algunos de ellos realizados en Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda, habían detectado la presencia de otros hongos en los árboles afectados por seca o muerte de ramas. Sin embargo, según aclara el estudio publicado, realizado en plantas vivas y en diferentes momentos del año y no sólo en el laboratorio, el efecto letal sólo lo consigue la acción de esas dos especies cuando entran en las heridas –chancros, según la terminología fitopatológica- provocadas principalmente en el momento de la recolección. El estudio también supone un notable avance en el conocimiento de la susceptibilidad que presentan las principales variedades de aceituna de mesa a estos hongos.
Según explica Trapero, el paso siguiente de los investigadores de la Universidad de Córdoba será seleccionar por su eficacia los productos fitosanitarios que ya existen en el mercado y que han demostrado su efecto contra hongos similares en otros árboles, de forma que el olivarero pueda tratar sus olivos con ciertas garantías. De momento, los ensayos se han realizado in vitro, por lo que Trapero advierte que habrá que esperar a los resultados en plantas vivas. En este sentido, el trabajo habitual de los fitopatólogos de la Universidad de Córdoba comprende el estudio del problema sanitario desde su origen, localizando al agente que causa la enfermedad como en el trabajo citado, así como el análisis epidemiológico de la enfermedad, su control y su posible tratamiento.