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Así lo ha asegurado el investigador Francisco José Torres Ruiz, director del grupo de investigación de Márketing de la UJA y profesor del Departamento de Organización de Empresas, Márketing y Sociología de la Universidad de Jaén, que considera que la actual clasificación y denominación del aceite de oliva genera una serie de problemas que conducen a confundir al consumidor.
En la presentación de un estudio realizado desde la unidad técnica de Marketing y Economía del Centro de Estudios Avanzados en Olivar y Aceite de Oliva de la UJA sobre las denominaciones oficiales de los aceites de oliva, ha asegurado que generan una gran confusión al utilizar términos parecidos y con connotaciones positivas, “todo lo contrario que debe hacer una buen sistema de clasificación de alimentos, que debe ayudar al consumidor a diferenciarlos”.
Como ejemplo señaló que el nombre de la clasificación genérica y el de la tercera categoría de aceites de oliva, el de menos calidad, es prácticamente igual (sólo cambia una s). “Cuando se realiza una promoción genérica en realidad se está promocionando el aceite menos saludable y de menos calidad. Esto es contrario a la política de calidad de la PAC y a los esfuerzos por mejorar la calidad del sector”, señala.
En su opinión, es necesario un sistema oficial de clasificación de los aceites de oliva que, en primer lugar, no confunda al consumidor, en segundo lugar, que favorezca la implantación, producción y rentabilidad de los aceites de calidad, y en tercer lugar, que facilite la promoción del producto.
Dentro de este estudio, se ha desarrollado un método-modelo para analizar la calidad o adecuación de diferentes sistemas de clasificación alternativos, aplicándolo a los aceites de oliva, entre otros productos. El método se centra en medir el recuerdo, reconocimiento e información asimilada de los consumidores y pone en tela de juicio las clasificaciones oficiales actualmente vigentes de los tres productos.