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Investigadores de los Departamentos de Ciencias de la Salud y Estadística e Investigación Operativa de la Universidad de Jaén han demostrado los beneficios de una dieta rica en aceite de oliva virgen extra (AOVE) como modulador de la microbiota intestinal, en comparación con los efectos de una dieta enriquecida en mantequilla, que desarrolla en mayor medida factores implicados en el síndrome metabólico.
El estudio, que ha sido publicado en la prestigiosa revista de impacto multidisciplinar Plos One, surge del trabajo previo realizado por este grupo de investigación en torno a la comparación del aceite de oliva y otras grasas para analizar su papel diferencial en el desarrollo de obesidad e hipertensión, dos de los factores ligados al síndrome metabólico. “En nuestros estudios anteriores, las diferencias más marcadas con el AOVE, una grasa de origen vegetal, monoinsaturada y con un elevado nivel de polifenoles, las presentó la mantequilla, que es una grasa saturada de origen animal que contiene colesterol”, argumenta como principal razón para elegir la mantequilla en contraposición al AOVE, Isabel Prieto, responsable del grupo de investigación ‘Neuroendocrinología y Nutrición’ de la UJA.
Además, como apunta Magdalena Martínez Cañamero, catedrática del área de Microbiología de la UJA y miembro del grupo de investigación ‘Microbiología de los Alimentos y del Medio Ambiente’, “existe la cuestión social añadida de los tipos de patologías presentes en Centroeuropa, donde la mantequilla ha sido la grasa utilizada por antonomasia para cocinar, y en la zona Mediterránea, donde se ha usado habitualmente el AOVE para ese fin, por lo que de esa manera estudiamos también la importancia de la dieta”.
Se trata de “un trabajo innovador porque hasta el momento no se pensaba que el aceite de oliva pudiera tener un efecto distinto al de otras grasas sobre la microbiota intestinal, que es el conjunto de microorganismos que residen en el intestino”, explica Magdalena Martínez Cañamero. En ese sentido, señala que “desde la perspectiva de la nutrición y la fisiología esto es relevante porque la idea generalizada era que las dietas altas en cualquier tipo de grasa eran malas para la microbiota intestinal”.
Los resultados de la investigación sugieren que la mantequilla aumenta el número de proteobacterias intestinales, y esto se relaciona con un aumento de la insulina en sangre, y la presión arterial, parámetros fisiológicos ligados al desarrollo del síndrome metabólico. Sin embargo, con el AOVE, pese a ser una dieta alta en grasa, no se produjeron estos cambios microbianos y se detectó un menor incremento en el peso corporal y la presión arterial, junto a un mejor perfil de lípidos en sangre.
Para Isabel Prieto, desde el punto de vista nutricional, “este hallazgo es muy importante porque la influencia de la microbiota intestinal en la salud y el papel de los probióticos son temas de actualidad”. En ese sentido, indica que “no se le da a la dieta la importancia que tiene como moduladora de la microbiota intestinal, ya que a través de nuestra alimentación podemos modificarla para que tenga un impacto positivo sobre nuestra salud”. Por lo tanto, en su opinión “esta investigación apoya que una dieta con un porcentaje relativamente alto de AOVE, al contrario que dietas ricas en otras grasas, no es perjudicial sino adecuada. Por otro lado, estos resultados apoyan el papel del AOVE como modulador de la microbiota intestinal, y refuerzan su posición como alimento saludable y funcional”.
Esta investigación arrancó en torno a 2011, gracias a la financiación obtenida a través de un proyecto de Excelencia de la Junta de Andalucía vinculado a la línea de aceite de oliva y olivar, y a fondos obtenidos del Plan Propio de la UJA.