Revista
Un artículo de Luis Carlos Valero, gerente y Portavoz de ASAJA-JAÉN
El olivar ha vivido dos años de tregua. Los productores de aceite de oliva han terminado dos campañas (la de 2015- 2016 y la de 2016-2017) con buenos precios y aceptables producciones. A la espera de que la recogida de aceituna afronte sus últimos coletazos, y ya se cumplan en mayor o menor porcentaje los aforos, y los precios mantengan su tendencia o no, lo cierto es que a los que tenemos memoria a corto y largo plazo, no se nos olvida que, no hace tanto, el kilo de aceite se cotizaba a 1,8 euros en origen y que los olivareros recogían el fruto del olivar más por tradición que por negocio. Tampoco podemos dejar aparcadas en la memoria esas irrisorias campañas en que, debido a la sequía u otras adversidades meteorológicas, la producción de aceite de oliva fue casi testimonial. Hay que recordar. Debemos de tener los pies muy en la tierra para saber que en las épocas de bonanza es cuando uno debe prepararse para el futuro. Es la clave de la supervivencia en la agricultura, en nuestro olivar. Es el único seguro 100% válido para un negocio sin techo, ni puertas ni ventanas.
La globalización del mercado de aceite
En un contexto global, en un olivar mundializado, considero que sólo sobrevivirán los que logren producir barato. Calidad y cantidad, pero de forma rentable, competitiva. No nos podemos olvidar de que, aunque España es la mayor productora de aceite del mundo (produce el 44% del aceite del planeta y el 62% del aceite de toda Europa), el mercado del aceite es un mercado global. Aunque nuestro país sigue manteniendo el estatus como mayor productor de aceite de oliva del mundo, en el resto del mundo se va implantando el cultivo del olivar. Cada segundo se plantan diez olivos nuevos en algún lugar de la Tierra y la media de crecimiento anual del olivar es de 150.000 hectáreas anuales.
Durante todo el año ya se está produciendo aceite de oliva y se estima que la campaña en la que seden las circunstancias de que todos los países productores tengan buena cosecha, la producción de aceite de oliva mundial podría llegar a los 5,4 millones de toneladas, algo totalmente factible en un futuro no muy lejano. Actualmente existen olivares en China, Australia, Letonia o Finlandia. Hay otros muchos más que, lejos de la extravagancia, se han convertido en un cultivo de referencia. Son explotaciones que suelen nacer con métodos de plantación y sistemas de recolección capaces de reducir más de la mitad los costes estándares de producción/recolección de un olivar tradicional.
El olivar en España
En España contamos con un olivar que produce mucho y muy bien. Otra asunto es que sea competitivo. Hay informes, como el último del CES de Jaén (Consejo Económico y Social de la Provincia), que ofrecen datos descorazonadores: más del 95% de las explotaciones de provincias como Jaén (un porcentaje también bastante elevado en el total español) no serían rentables sin la subvención que reciben de Europa cada año en niveles de precios medios de los últimos diez años.
Puede leer el artículo completo en el número 171 de Oleo Revista