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Asedas, Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados, y la Universidad Complutense de Madrid han presentado las conclusiones del II Estudio sobre la Evolución del Comercio Online en Alimentación en España. Un trabajo llevado a cabo entre 500 personas de una muestra representativa en un panel de consumidores de la Comunidad de Madrid responsables de la compra en el hogar que han adquirido, al menos ocasionalmente, productos de alimentación en la web.
Ignacio García Magarzo, director general de Asedas, ha explicado los retos de los supermercados a la hora de incluir el comercio online en el modelo de comercio de alimentación de proximidad, que hoy resulta el más sostenible desde el punto de vista social, económico y medio ambiental. Una de las conclusiones del estudio es que el consumidor no relaciona motu proprio la relación del comercio online (transporte, emisiones, envases adicionales, etc.) con el medio ambiente. Sin embargo, asegurar la sostenibilidad medio ambiental del modelo, además de la social y económica, es una de las grandes líneas de trabajo de las enseñas de Asedas.
Según este análisis, en el futuro, uno de los retos del comercio alimentario es hacer compatible la reducción de emisiones de CO2 con el crecimiento del reparto a domicilio de alimentación. Abordando el impacto urbanístico en la ciudad, para lo que es necesario asegurar una movilidad sostenible que abarca también otras cuestiones como el impacto acústico, las zonas de carga y descarga o el acceso a las viviendas.
El comercio electrónico se enfrenta también a la necesidad de mantener el trinomio precio-calidad-variedad en la oferta de alimentación, para lo que es necesario que el coste del reparto no repercuta en los precios y en la competitividad de las enseñas.
Por último, en relación con el acceso de los ciudadanos a la alimentación saludable, en estos momentos, la presencia del canal digital es muy dispar en las diferentes zonas de España, mientras que el supermercado -de distintos tamaños- asegura el acceso de la inmensa mayoría de los consumidores en la proximidad de sus lugares de residencia o trabajo.
Entre las conclusiones del estudio destacan los motivos más relevantes para el consumidor a la hora de optar por la compra online. Estos son, por este orden, la confianza en el pago, la posibilidad de elegir distintas marcas, la facilidad de la web para elegir los productos y la confianza depositada en la enseña, siendo el precio el factor menos valorado.
Uno de los grandes puntos fuertes del comercio online es su facilidad de adaptación a las circunstancias laborales del consumidor actual. La compra online se realiza mayoritariamente, según el 80% de los encuestados que afirma trabajar fuera del hogar, de lunes a viernes en horario de mañana o mediodía –el 37%- y, si se añade el horario laboral de tarde, se alcanza el 75% de la muestra. Además, el 75% lo hace desde el ordenador, aunque avanza el uso de dispositivos móviles.
El comercio electrónico de alimentación se enfrenta también a la necesidad de mantener el trinomio precio-calidad-variedad en la oferta, para lo que es necesario que el coste del reparto no repercuta en los precios y en la competitividad de las enseñas.
El elemento de conveniencia se consolida en datos como que el mayor uso del canal online se hace cuando se precisa la reposición de productos de gran peso y volumen y también cuando se dan condiciones climatológicas adversas, como días muy fríos, muy calurosos o lluviosos.
Destaca también el uso de listas predeterminadas como un factor fundamental en el éxito de la web de distribución online. Así, el 70% de la muestra afirma hacer la compra a partir de sus selecciones anteriores. De hecho, los elementos de conveniencia que facilitan la selección y control de los productos son altamente valorados por los consumidores. La facilidad para localizar los productos, las imágenes como instrumentos de localización y el control del contenido y gasto del carrito son elementos claves de esta tendencia.
El estudio constata también que los consumidores se resisten todavía a la adquisición online de alimentos frescos. El 60% de los encuestados solo compra alimentos frescos en tiendas físicas, si bien cerca del total restante lo hace en ambos canales.
Finalmente, se consolida que el consumidor percibe comprar menos por impulso en el canal online. El 50% afirma no comprar online productos que no ha visto previamente en la tienda física, frente al 40% que afirma “sentirse atraído” por las novedades y el 30% que se manifiesta inclinado a probar nuevos productos por este canal