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Avanza a buen ritmo la cosecha de girasol en Castilla y León, con unas producciones en general buenas y muy por encima del año pasado, extremadamente seco. Sin embargo, los desequilibrios en el mercado por culpa de una importación masiva de pipa desde Europa del Este, de Ucrania principalmente, presionan a la baja los precios, que apenas cubren los costes de producción.
Eso explica que era principal comunidad autónoma productora, Andalucía, haya elegido este 2018 otras alternativas, reduciendo de forma importante la superficie de girasol, lo que aúpa por primera vez a Castilla y León, hasta ahora segunda productora, al primer puesto por superficie y producción.
Los desajustes del mercado están causados principalmente por la entrada masiva, bien como pipa o directamente como aceite, de girasol procedente de los países ribereños del Mar Negro. Años atrás estas importaciones se derivaban en buena parte a la producción de biodiésel, que hoy por hoy está en declive, con lo cual el destino principal del aceite es el consumo humano.
Este año 2018 se han sembrado en Castilla y León 281.208 hectáreas de girasol, que son 15.103 más que las del año 2017 y que representa un incremento del 5,7 por ciento. Valladolid y Soria, presentan los datos más elevados de producción. Región que tiene el 38,3 por ciento de la superficie nacional de girasol, siendo la comunidad autónoma que más siembra, por delante de Andalucía y Castilla La Mancha.
La mayor parte del girasol se siembra en secano, apenas un 11,5 por ciento se cultiva en regadío. Por ello, la llave de la producción en Castilla y León está en las lluvias de primavera y verano, como ha ocurrido este año excepcional, que han permitido elevar las producciones sobre la media.
En cuanto a la producción, según los últimos datos facilitados por la Junta de Castilla y León, de julio de 2018, se espera alcanzar las 376.565 toneladas, lo que supone un incremento del 34 por ciento respecto a la cantidad cosechada el año anterior, con unos rendimientos medios de 1.340 kilos por hectárea. Castilla y León, normalmente, aporta entre el 31 y el 33 por ciento de la producción de girasol nacional, siendo la segunda comunidad autónoma productora, por detrás de Andalucía, aunque este año, si las previsiones se confirman, vamos a ser la primera, con una mayor participación en el total. Sin embargo, el precio no está acompañando a los incrementos de superficie y producción. En los últimos 3 años el precio medio en Castilla y León ha bajado un 12,5%.
En las lonjas de la Comunidad Autónoma, en 2018 todavía no se ha comenzado a cotizar el girasol, pero en la lonja de Sevilla, las últimas cotizaciones han sido de 312-315 euros/tn para el girasol convencional. Otro problema añadido para la Comunidad Autónoma es el escaso peso de nuestra industria extractora, que se agrupa principalmente en el sur de España.