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La Convención Internacional de Protección Fitosanitaria aprobó nuevas normas sobre fumigación y control de plagas. Lo hizo en el marco de la reunión anual de su órgano rector, la Comisión de Medidas Fitosanitarias, celebrada hace dos semanas en la sede del FAO, en Roma.
Las nuevas medidas impulsadas incluyen una nueva norma para ofrecer orientación sobre métodos mejorados de fumigación, en respuesta a la creciente preocupación que existe entre consumidores y agricultores acerca de los posibles efectos perjudiciales de los fumigantes para el medio ambiente y la salud humana. Esta norma establece unos requisitos de temperatura, duración y cantidad de fumigantes para obtener la mayor efectividad con el menor impacto medioambiental. Además, se establecieron protocolos para el diagnóstico oficial de seis plagas, entre ellas la Xylella fastidiosa y la mosca oriental de la fruta.
Solamente en California, las pérdidas en la producción vinícola debido a la Xylella fastidiosa se cifran en 104 millones de dólares EEUU al año. En Italia, la bacteria ha acabado con 180 000 hectáreas de olivares -con numerosos olivos centenarios- y constituye una amenaza no solo para la economía italiana, sino también para la de todos los países mediterráneos. Por su parte, La mosca oriental de la fruta afecta a árboles como el aguacate, banano, guayaba y mango en al menos 65 países. En África, la prohibición del comercio debido a las infestaciones de la mosca oriental de la fruta causa pérdidas anuales estimadas en unos 2 000 millones de dólares
La FAO estima que entre el 20 y el 40% el porcentaje de pérdidas de la producción agrícola mundial a causa de las plagas, con un coste económico de 220.000 millones de euros anuales, a los que hay que añadir 70.000 millones de coste por la actividad de los insectos invasores.
“Con el aumento del comercio y los viajes, los riesgos de propagación de las plagas a nuevas zonas a través de las fronteras son ahora más elevados que nunca. Asistimos cada día de una cantidad sorprendente de amenazas para el bienestar de nuestras plantas y, por extensión, para nuestra salud, medio ambiente y economía”, advirtió Bukar Tijani, Director General Adjunto de la FAO al frente del Departamento de Agricultura y Protección del Consumidor, “Muchos campesinos y gobiernos luchan por protegerse de plagas y enfermedades muy destructivas que -además de todo lo anterior- son nuevas para ellos. La CIPF les da las herramientas y conocimientos para mantener sus plantas sanas y evitar que las plagas crucen las fronteras”, añadió.