Revista
La Comisión Europea ha publicado un estudio sobre las agrupaciones de productores a fin de determinar como dotarles de apoyo para su formación y realización de actividades.
Según reza el estudio, los objetivos principales de estas agrupaciones incluyen la planificación de la producción, adaptación a la demanda, concentración de productos, y comercialización de productos. Entre sus funciones, garantizan una mayor penetración en el mercado y un mayor poder de negociación con otros actores de la cadena de suministro de alimentos. También pueden contribuir a mitigar los riesgos y los costos económicos al garantizar, por ejemplo, la seguridad de los pagos o la distribución de inversiones. Con respecto a los incentivos técnicos, las OP agregan valor a las actividades comerciales al proporcionar infraestructura para la producción, el almacenamiento o el procesamiento. El estudio también valora la dimensión social, concluyendo que ayudan a consolidar la confianza entre los miembros.
Por otro lado, existen ciertos obstáculos que a veces impiden a los agricultores unirse a las cooperativas u otro tipo de agrupaciones, entre ellos, el miedo a perder su libertad empresarial. Para contribuir al éxito de estas organizaciones, concluye el estudio, el factor interno más importante es la existencia de una tradición bien establecida en la cooperación agrícola a nivel de los Estados miembros. Como factor externo, hay que tener en cuenta la capacidad de operar y competir en los mercados globalizados actuales.
A mediados de 2017 había 3.505 organizaciones de productores reconocidos en la Unión Europea. Francia, Alemania y España son los países que cuentan con más organizaciones de productores, con 759, 658 y 588 respectivamente.