Revista
El Instituto italiano de Servicios para el Mercado Agroalimentaria (ISMEA), comenzó a monitorear las cadenas agroalimentarias a raíz de las medidas de restricción de la movilidad adoptadas por el gobierno italiano en respuesta a la epidemia del Covid-19. El instituto ha analizado la evolución del mercado en los principales sectores agroalimentarios, entre ellos, el del aceite de oliva.
Respecto al aceite de oliva italiano, más allá de las dificultades estructurales que el sector atraviesa -tal y como ocurre en nuestro país-, el informe indica que la crisis del Covid-19 no representa en particular una amenaza ahora mismo, puesto que las empresas ya se han abastecido y el producto se encuentra en fase de embotellado, para lo cual no deberían haber problemas. Las amenazas surgen de cara a la futura campaña, en especial la fase agrícola, si bien todavía hay tiempo para resolver los problemas derivados de esta crisis.
En términos generales, el análisis ha devuelto la imagen de un sector, el agroalimentario, que, a pesar de la necesidad de enfrentar numerosos problemas, todavía se encuentra bajo control en términos de fortaleza y capacidad de suministro. No obstante, también apunta a algunos indicios que podrían hacer tambalear el sector en las próximas semanas. El cierre progresivo del canal Horeca, un canal de salida importante para la salida de productos de alto valor añadido, el virgen extra entre ellos, mermará los porcentajes de exportación global. Además, la escasez de mano de obra empieza a ser problemática en términos de logística y transporte. Por último, el posible cierre de fronteras de algunos países extranjeros podría causar problemas para el suministro de materias primas.