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El grupo Spanish Olive Technology nace en 2012 con el objetivo de ofrecer soluciones empresariales en las distintas fases que componen el desarrollo del olivar, desde el cultivo hasta la fabricación y envasado del aceite de oliva. La conforman una agrupación de empresas especializadas y que aportan desarrollos tecnológicos en toda la cadena de valor del olivar. Para conocer mejor su experiencia en la transformación digital del sector, Óleo entrevista a Javier Pérez, gerente de SOT.
¿Qué resaltarías como factores claves para el proceso de la transformación digital dentro de este sector agro?
Conscientes de que el agro no ha sido nunca el sector más proclive a los cambios y la entrada de nueva tecnología y metodología, pienso que la mejora en los precios de venta del producto final de forma que el productor pueda asumir nuevas inversiones en mejorar sus procesos. O que como suele ocurrir por desgracia en el sector, se abra una línea de subvenciones y ayudas por parte autoridades europeas y nacionales.
Desde vuestro punto de vista, ¿en qué punto de desarrollo tecnológico se encuentra el sector del aceite de oliva y aceituna de mesa?
Avanzando aunque lentamente, creo que existen más novedades y nuevas opciones de mejora tecnológica pero los problemas de comercialización y valorización suficiente del producto final repercuten en precios de venta ajustados a los costes de producción que no favorecen la inversión a nivel general en el sector oleícola, llegando evidentemente primero a grandes proyectos nuevos y aún no se trasladan al grueso del sector productivo.
Qué tipos de proyectos son los más demandados actualmente? Y ¿qué desarrollos tecnológicos adaptados a las instalaciones ya implantadas?
Por un lado todo lo que pueda reducir costes de producción y aumento de rendimientos y que pueda incidir directamente en la rentabilidad. Hay muchas nuevas opciones de mejore de la obtención de información de cara a la toma de decisiones que puedan suponer un ahorro en mano de obra, insumos, consumos, … y mejora de la información de los parámetros que influen en la calidad de forma se pueda definir la estrategia a seguir. Podemos tener ahora más información que nunca, pero hay que tener la formación necesaria para saber interpretarla y luego aplicarla de forma que origine un beneficio.
En mi opinión se están desarrollando muchas nuevas soluciones y propuestas para el sector, pero que en gran medida no surgen por una demanda o necesidad del mismo, sino por la existencia de importantes ayudas de la UE para programas de I+D y la apuesta por subvencionar estos, por ello se presentan ahora muchas líneas de trabajo que habría que evaluar si finalmente van a llegar al sector y como se va a beneficiar el agricultor o almazarero, porque creo que en muchos casos se busca cumplir los objetivos de la convocatoria de subvención I+D.
Puede leer la entrevista completa en el número 184 de Óleo.