Revista
Un equipo de investigación de la Estación Experimental del Zaidín (EEZ-CSIC), en colaboración con la Universidad Politécnica de Madrid, ha desarrollado un biofiltro que depura tres de los diez fármacos más habituales en las aguas de las depuradoras urbanas. Se trata de un biocarbón, compuesto por restos de hojas y poda, al que se adhieren estos productos, evitando así que se disgregan por el medio natural, según informa la Fundación Descubre.
El estudio publicado en la revista Science of the Total Environment bajo el título "New insights into the efficient removal of emerging contaminants by biochars and hydrochars derived from olive oil wastes", propone un sistema de filtrado que, por primera vez, utiliza sustancias obtenidas de residuos del olivar para limpiar el agua de productos farmacéuticos.
La eliminación de contaminantes emergentes (CE) para la recuperación de fuentes de agua, minimizando el uso de energía y químicos, es una preocupación ambiental en todo el mundo. En este estudio, se analizan los procesos de pirólisis y carbonización hidrotermal (HTC) tecnológicamente más limpios para convertir los desechos de la producción de aceite de oliva en carbonatos para eliminar simultáneamente el triclosán (TCS), el ibuprofeno (IBP) y el diclofenaco (DCF) del agua. Los carbonos preparados a partir de hueso de aceituna (S), poda de olivo (P) y residuos húmedos de almazara (H) deshuesados y reprocesados, así como biocarros comerciales y un carbón activo comercial (CAC), se caracterizaron mediante diferentes técnicas y se ensayaron como adsorbentes.
Técnicas
Los biocarbones elaborados con alperujo presentaron altos rendimientos en la eliminación de tres de los diez compuestos más habituales en las aguas residuales, dos medicamentos para personas y un compuesto usado como bactericidad en productos de cosmética e higiene. Se trata del diclofenaco (que se consiguió eliminar en un 75%), ibuprofeno (44%) y triclosán (96%).
El trabajo se realizó a escala de laboratorio. Los biocarbones se elaboraron mediante la introducción del alperujo –una pasta que llega a tener un 80% de agua- en una atmósfera sólo de nitrógeno, se produce una quema con baja liberación de CO2, que lo reduce a cenizas. Tras ello, se introduce el biocarbón en un volumen de agua al que previamente se le agregaron los productos farmacéuticos. Analizada la diferencia de concentración en el agua del fármaco respecto a la concentración inicial, se obtiene lo que se ha retirado del medio.
Este estudio, desarrollado durante tres años, demuestra por primera vez que los hidrocaracteres no modificados de los residuos húmedos de la almazara deshuesados y reprocesados son adsorbentes económicos, sostenibles y respetuosos con el medio ambiente que se pueden utilizar para eliminar las CE y otros compuestos similares en los tratamientos de agua.
Ahora el equipo pretende ampliar el trabajo a otros compuestos, entre ellos los antibióticos y, en general, realizar la activación de los biocarbones para mejorar la eficacia de eliminación en un amplio rango de contaminantes orgánicos. El trabajo ha sido financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación.