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Durante el último mes y medio, por la escasez de precipitaciones ha favorecido la rápida recolección de la aceituna, trabajando las almazaras a pleno rendimiento durante los 7 días de la semana, día y noche, para molturar la aceituna en el día. Esta inusitada intensidad de la campaña, ha provocado una concentración de entrada de alpeorujo de muy difícil de gestión por parte de las orujeras. El tiempo de molturación de las almazaras se va reduciendo campaña a campaña, pasando de 90 días a tan sólo 40 días.
El orujo graso húmedo llega a las orujeras en forma de avalancha, con esta reducción del tiempo, complicando enormemente su gestionabilidad, aumentando su complejidad y reduciendo su capacidad de valorización. Es mucho más costoso y complicado procesar el orujo graso húmedo en tan poco tiempo, al contrario que ocurre cuando las campañas son más amplias en el tiempo. Está concentración de entrada de orujo graso húmedo en las orujeras es preocupante en toda la geografía nacional, pero está llegando a valores críticos en la provincias de Córdoba, Málaga Granada y Jaén, donde a las orujeras, al ritmo actual de molturación en las almazaras, están teniendo serios problemas de capacidad y se están viendo obligadas a redistribuir las entradas entre plantas a veces más alejadas y con mayores costes de transporte, recepción y gestión industrial.
Por este motivo, desde ANEO se pone de manifiesto que a menos que baje el ritmo de entradas de alperujo, bien por una climatología que no permita cosechar al ritmo actual, bien porque de forma individual se decida bajar el ritmo de molturación para mejorar el coste de gestión y valor de sus subproductos, las industrias orujeras verán muy mermadas sus capacidades económicas.
Otro cuestión importante es la adicional merma en rentabilidad de las empresas orujeras, una cuestión que también se lleva avisando desde hace tiempo, pues éstas se basan en la comercialización del aceite de orujo crudo y de las biomasas (hueso de aceituna y principalmente orujillo). Estos dos productos se encuentran hoy a niveles de precio de mercado extremadamente bajos en relación a los últimos años lo que adicionalmente ahoga a muchas de nuestras industrias. En este sentido destacamos que la producción media nacional de orujillo es de 1,3 millones de toneladas por campaña, su comercialización es un pilar fundamental para la rentabilidad de las orujeras. El estudio de la Cadena de Valor del sector orujero realizado por el Ministerio de Agricultura, en la campaña 2011/2012, demostró que esta era de los pocos sectores donde había una rentabilidad positiva en cada una de las etapas de procesado. En el citado estudio se estableció que el 40% de los ingresos de las orujeras se correspondía a la venta del orujillo. En esa campaña 2011/2012 el precio del orujillo era de 45 euro/tonelada a la salida de fábrica, mientras que en la campaña pasada, 2017/2018 y en la actual, 2018/2019, el precio del orujillo a la salida de fábrica está entre 12-15 euro/tonelada.
Por otro lado, tenemos la venta del aceite de orujo de oliva crudo, donde actualmente el precio está por debajo del 1 euro/kgr, valores parecidos al de hace 5 campañas, pero en aquella campaña el valor de la biomasa sustentaba la rentabilidad de las orujeras. En la campaña actual se han juntado, un precio bajo del aceite de orujo de oliva crudo y un precio inasumible del orujillo, por lo que este año la rentabilidad de las orujeras está en serio problema de equilibrio. Por desgracia estos malos datos, todos conjugados, pueden llevar a la quiebra a más de una orujera.
Otro punto importante para la sostenibilidad de las orujeras es la compra del orujo graso húmedo a un precio acorde con los rendimientos económicos obtenidos de este. Por este último motivo, desde ANEO se solicita el entendimiento por parte de las almazaras a la hora de la liquidación de los alpeorujos, es muy probable que no se pueda mantener al nivel de campañas anteriores, por el ya comentado bajo nivel de ingresos del sector orujero.
Por último, desde ANEO solicitan a la administración un plan para el desarrollo de la economía circular del sector olivarero, mediante el impulso de la generación de electricidad a partir de la biomasa del olivar, orujillo, poda,… lo que permitirá al sector gestionar las biomasas producidas, generando a su vez riqueza y empleo alrededor del sector olivarero.