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Según los datos proporcionados por el informe que elabora el ICQRF (Ispettorato centrale della tutela della qualità e della repressione frodi dei prodotti agroalimentari) dependiente del Ministero dell'agricoltura, della sovranità alimentare e delle foreste, a partir de los datos registrados en los registros informatizados de aceite de oliva (RTO), que a 30 de noviembre de 2024, Italia cuenta con unas existencias de 158.845 toneladas almacenadas, el volumen refleja un aumento significativo del 51,7% respecto al mes anterior, aunque se mantiene un 11,2% por debajo de las cifras del mismo periodo en 2023.
Datos destacados
Del total de existencias, el 72,4% corresponde a aceite de oliva virgen extra (AOVE), consolidándose como el producto estrella del sector. De este volumen, el 74,2% es de origen italiano, mientras que el 20,7% proviene de países de la Unión Europea. Solo el 1,2% corresponde a aceite de oliva virgen, lo que reafirma la preferencia por los aceites de mayor calidad en el mercado italiano.
Concentración geográfica: Apulia y Calabria lideran
La distribución del aceite de oliva en Italia destaca una fuerte concentración en el sur del país, que alberga el 54,4% del total de existencias. Las regiones de Apulia y Calabria son las principales protagonistas, acumulando el 34,1% y el 12,1%, respectivamente.
A nivel provincial, Bari se posiciona como el líder, concentrando el 14,4% del aceite almacenado, seguido por Barletta-Andria-Trani con el 9,8%. En total, las tres principales regiones productoras (Apulia, Toscana y Calabria) acumulan el 63,1% de las existencias, mientras que las diez provincias con mayor almacenamiento concentran el 61,4% del total.
Aceites con Indicaciones Geográficas
Italia, con 50 Indicaciones Geográficas registradas, sigue destacándose por su apuesta por la calidad certificada. En noviembre de 2024, las existencias de aceites con denominaciones de origen protegidas (DOP) y de indicaciones geográficas protegidas (IGP) alcanzaron los 20,2 millones de litros, un aumento respecto a los 17,8 millones registrados en el mismo periodo del año anterior.
Sin embargo, el mercado se concentra en unas pocas denominaciones: las cuatro principales representan el 74,7% del total, mientras que las veinte primeras cubren el 96,2%. Este segmento premium constituye el 11,7% de las existencias totales de aceite en Italia y el 16,2% del AOVE almacenado.
Aceite ecológico: una apuesta sostenible en descenso
El aceite procedente de agricultura ecológica suma 21.484 toneladas, de las cuales el 97,4% corresponde a AOVE. A pesar de representar el 18,2% del total de AOVE almacenado, el volumen ha experimentado un descenso del 21,6% en comparación con noviembre de 2023. Las principales regiones productoras de aceite BIO son Apulia, Sicilia, Toscana y Calabria, consolidando al sur de Italia como referente en sostenibilidad.
Evolución de las existencias
En comparación con noviembre de 2023, las existencias de aceite han caído un 11,2%, con reducciones destacadas en el AOVE (-10,2%), los aceites refinados (-35,4%) y el aceite lampante (-18,1%). En el caso del AOVE de origen europeo y no europeo, las caídas han sido del 19,1% y 70,6%, respectivamente, reflejando una contracción significativa en las importaciones.
En términos mensuales, el panorama es diferente. Entre octubre y noviembre de 2024, las existencias crecieron un 51,7%, impulsadas por un aumento del 63,7% en AOVE, liderado por un incremento de 40.157 toneladas de origen italiano. También se registraron alzas en los aceites de orujo de oliva (+49,6%) y lampantes (+22,7%), lo que refleja una dinámica positiva de recuperación a corto plazo.
Un sector en transformación
El sector oleícola italiano enfrenta retos importantes en el equilibrio entre producción, sostenibilidad y almacenamiento, pero sigue consolidándose como un referente mundial. La concentración geográfica, la calidad certificada de sus productos y el liderazgo en agricultura ecológica posicionan a Italia como una potencia clave en el mercado global del aceite de oliva.
Con regiones como Apulia y Calabria marcando el ritmo, y el AOVE como emblema de calidad, el sector continúa adaptándose a las fluctuaciones estacionales y a los desafíos globales, asegurando su lugar en la vanguardia de la producción oleícola.