Revista
Es bien sabido que la dieta y el estilo de vida influyen en la salud. Actualmente, la enfermedad de Alzheimer (EA) plantea una profunda carga humana, social y económica. Estudios previos sugieren que el aceite de oliva virgen extra (AOVE) puede ser útil para prevenir el deterioro cognitivo. Un equipo de investigadores procedentes de universidades inglesas y americanas, proporciona un enfoque que reúne estudios de inteligencia artificial, química analítica y ómica para explorar las interacciones de los fitoquímicos con las vías involucradas en los estados de una enfermedad, información que puede conducir a la identificación de nuevas entidades terapéuticas en un producto natural (que contiene una mezcla heterogénea de fitoquímicos).
Clasificación y análisis
En esta investigación se logró con precisión una clasificación equilibrada del 70,3 ± 2,6 % en entornos de validación cruzada quíntuple para predecir fármacos experimentales en fase tardía dirigidos a la enfermedad de Alzheimer de otros fármacos clínicamente aprobados. Luego, se usó el algoritmo de aprendizaje automático calibrado para predecir la probabilidad de que los medicamentos existentes y los fitoquímicos conocidos del AOVE tengan una acción similar a la de los medicamentos que afectan las redes de proteínas de AD.
Estos análisis permitieron identificar diez fitoquímicos presentes en el AOVE y con una mayor probabilidad de ser activos contra la EA: quercetina, genisteína, luteolina, palmitoleato, ácido esteárico, apigenina, epicatequina, kaempferol, escualeno y daidzeína (en orden de mayor a menor probabilidad), que merecen más estudios in vitro e in vivo.
Conclusiones
Este estudio in silico presenta un marco que reúne estudios de inteligencia artificial, química analítica y ómica para identificar agentes terapéuticos únicos. Proporciona nuevos conocimientos sobre cómo los componentes del AOVE pueden ayudar a tratar o prevenir la EA y, potencialmente, proporcionar una base para su consideración en futuros estudios clínicos. y daidzeína (en orden de mayor a menor probabilidad), y se puede aplicar el mismo enfoque para identificar los fitoquímicos del AOVE (u otros componentes de los alimentos) que tratan otras enfermedades, como la hipertensión o la dislipidemia.