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El mercado del aceite de oliva en Eslovaquia es pequeño, con una población total en torno a 5,459 millones de habitantes. La producción local es inexistente y las importaciones cubren prácticamente el total del consumo de aceite de oliva en el país. Las adquisiciones de aceite de oliva provienen mayoritariamente de la UE, y siguen una tendencia creciente durante los últimos años, aunque partiendo de una base reducida, según datos de la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Bratislava.
Haciendo un análisis global, se observa que las importaciones de aceite de oliva se han mantenido estables durante la última década, con una ligera tendencia de crecimiento que alcanza su pico en 2020. En 2021 las importaciones sufren una tímida caída en término de valor.
A grandes rasgos, España es el principal proveedor de aceite de oliva a Eslovaquia con abismal diferencia sobre el resto, sus importaciones se caracterizan por tener una tendencia alcista en los últimos años, con una cuota del 59,6 % en término de cantidad, y del 46,8 % en término de valor en 2021. Si bien sus exportaciones cayeron un 9,2 % en término de valor en 2021 respecto a 2020, su valor en los últimos 5 años creció un 21,4 %.
Italia y República Checa son los principales competidores de España en el mercado eslovaco. Italia, aunque ocupa el segundo lugar, queda lejos de competir con las importaciones españolas, puesto que su cuota de mercado tan solo representa un 24,5 % en término de cantidad, y un 26,9 % en valor. La República Checa no es productor, por lo que sus exportaciones de aceite de oliva provienen de la reexportación.
Teniendo en cuenta el liderazgo del aceite de oliva español, sus principales competidores son los aceites vegetales sustitutivos (colza, girasol y palma), que son ampliamente consumidos en la dieta eslovaca, y mantienen precios sustancialmente más asequibles que el aceite de oliva. Debemos tener en cuenta el mercado del aceite tiene una demanda muy elástica al precio, por lo que pequeñas variaciones en él implican notorias reacciones en la demanda de estos. Asimismo, productos como las grasas de cerdo o la mantequilla, son sustitutivos más lejanos, que gozan de cierta popularidad y tradición en este mercado.