Revista
La localidad jiennense de Mancha Real ha acogido este fin de semana la Fiesta del Olivar y del Aceite de Oliva Virgen Extra de Sierra Mágina en la que la Denominación de Origen Sierra Mágina hace entrega año tras año de los premios con los que reconoce el esfuerzo por la calidad y la comercialización de los productores, almazaras y marcas inscritas en la denominación, a los que ya hacíamos referencia el pasado 18 de junio.
La delegada del Gobierno, Purificación Gálvez, el diputado de Infraestructuras Municipales, José Castro, y la delegada territorial de Agricultura y Medio Ambiente, Irene Sabalete, presidieron este acto organizado por la DO Sierra Mágina, el ayuntamiento de Mancha Real, Monva y la SAT Nuestra Señora de la Esperanza, con la colaboración de la consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, la Caja Rural de Jaén, la Diputación de Jaén y la ADR Sierra Magina.
Durante la ceremonia, a la que asistieron más de 80 personas, el presidente del CRDO Sierra Mágina, Rafael de la Cruz, felicitó a todos los premiados e insistió en lo especial de la decimocuarta edición de estos premios, que nacieron en el año 2000 con el objetivo de premiar el trabajo “bien hecho” de los olivareros y las almazaras de Sierra Mágina, y con un carácter itinerante para pasear el trabajo del Consejo Regulador por todos los municipios de la comarca.
Asimismo manifestó su deseo de que nunca más se vuelva a hablar de fraude en el envasado de aceite de oliva, no porque se silencie, sino porque dejen de envasarse aceites cuya categoría no se corresponde a lo que se indica en la etiqueta, y que perjudican a los que llevan un sello de calidad como el de la DO Sierra Mágina, y lamentó como obstáculo para la comercialización de los aceites virgen extra de Sierra Mágina la propia confusión de las categorías y nomenclatura de la clasificación de los aceites de oliva.
Igualmente se manifestó en desacuerdo con la decisión de la Unión Europea de dar marcha atrás en la prohibición de las aceiteras rellenables, y defendió que todo el aceite que se sirva en las mesas de la hostelería, debe ir etiquetado y con tapón irrellenable, indicando que esto sería una medida contra el fraude en el envasado.