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Ciudades como Murcia, Zaragoza, Valencia y La Rioja, han sido testigo de las Jornadas demostración organizadas por la Universidad de Córdoba, la Universidad Politécnica de Cataluña y AEPLA, con la colaboración de las Consejerías de Agricultura de las respectivas Comunidades Autónomas, con el objetivo de capacitar a asesores y agricultores en la puesta en práctica de buenas prácticas agrícolas que reduzcan la deriva en las aplicaciones fitosanitarias así como la escorrentía, fuentes de una posible contaminación de aguas, fomentado así la sostenibilidad de nuestra agricultura.
Estas jornadas se enmarcan dentro del Proyecto Topps Prowadis, financiado por ECPA (European Crop Protection) y que actualmente se está llevando a cabo en siete países europeos (Alemania, Italia, Francia, Dinamarca, Polonia, Bélgica y España), con el objetivo de ofrecer a los agricultores las recomendaciones necesarias para proteger la calidad del agua mediante una guía de buenas prácticas centradas en la reducción del riesgo de escorrentía y deriva, a través de un adecuado comportamiento del usuario, el correcto empleo de las tecnologías y el establecimiento de unas apropiadas infraestructuras.
Las celebradas hasta ahora son las primeras de un calendario más amplio de jornadas que se desarrollarán por toda la geografía nacional a lo largo de 2013. Durante el desarrollo de las mismas se presenta a los asistentes el proyecto y ofrece una amplia visión de la situación actual y legislación vigente, para a continuación pasar a un bloque eminentemente práctico enfocado a la deriva y la escorrentía, donde se forma en métodos de medida y se muestran las bases para el diagnóstico de explotaciones, ofreciendo una demostración práctica a los participantes divididos en dos grupos para un mejor desarrollo de la misma.
AEPLA y las empresas que forman parte de la misma, se muestran convencidas de que una gestión sostenible de los recursos hídricos es fundamental. El agua es esencial para cultivar alimentos, que a su vez deben ser protegidos de las plagas y enfermedades que los amenazan, lo que se consigue gracias a una adecuada aplicación de productos fitosanitarios, las medicinas de las plantas. Observar unas buenas prácticas agrícolas durante la aplicación de estos productos, permite producir con seguridad alimentos sanos y suficientes, sin menoscabo de la calidad de las aguas, evitando pérdidas innecesarias de este preciado recurso.