Revista
Los industriales envasadores piden celeridad en la búsqueda de alternativas al "panel test" para clasificar los aceites de oliva vírgenes extra y, con ello, de métodos menos interpretables y más objetivos que acaben con la inseguridad jurídica que, según aseguran, sufren estas empresas. Así lo ha expresado Gonzalo Guillén, elegido esta semana nuevo presidente de Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac) para los próximos dos años en una entrevista a Efeagro. Guillén explica que, en la mayoría de los casos en los que se habla de irregularidades, "es un tema referido al sabor" y no de mezclas y, a su juicio, ligados a la subjetividad del "panel test".
En este sentido, critica la "inseguridad jurídica absoluta" y el marco "poco objetivo" derivado de la obligatoriedad del panel para categorizar los vírgenes extra, ante la "variabilidad altísima" de resultados. En su opinión, las diferencias entre los catadores de diferentes paneles, o incluso entre uno mismo para dirimir lo que es un virgen extra y lo que no, son tan altas que "no tiene sentido que tengan obligatoriedad jurídica".
Entre las posibles alternativas, apunta varias opciones, como "ser más restrictivos" en los parámetros físico-químicos o "limitar cada vez más" lo que puede considerarse un virgen extra. "Quizás lo más lógico" es que el "panel test" sea un parámetro "orientativo" y "nunca definitorio", propone. Asegura que las catas "son algo bueno", porque incentivan a los operadores a mejor sus clasificaciones en los ránkings que elaboran prestigiosos medios. Sin embargo, matiza que "no conozco ninguna normativa jurídica que obligue a nadie sobre el sabor que tienen que tener sus productos".
En cuanto a las prioridades como presidente de Anierac, Guillén muestra su apoyo a los trabajos de la Interprofesional en programas de mejora de la calidad, I+D+i y promoción exterior. Además, añade trabajar en la mejora de la imagen del producto y su "valorización" en el mercado interior, porque "es una pena" su "banalización" y una "barbaridad" que se utilice como "producto reclamo" de forma continuada para atraer clientes.