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La Secretaría General de Consumo de la Junta de Andalucía va a desarrollar una campaña de inspección para comprobar que bares y restaurantes utilizan en sus servicios aceiteras irrellenables y correctamente etiquetadas, como exige la actual normativa que entró en vigor el pasado 1 de enero. Esta norma establecía un periodo de transición hasta el 28 de febrero para que el sector hostelero y de restauración pudiera agotar las existencias adquiridas antes de la entrada en vigor del Real Decreto 895/2013, de 15 de noviembre, que establece prohibiciones y nuevas exigencias en la comercialización de aceites de oliva y de orujo de oliva.
Con esta medida se pretende garantizar a consumidores y usuarios la calidad y autenticidad de los aceites puestos a su disposición, así como mejorar la imagen del producto. Estos controles se enmarcan en la campaña de inspección de restauración 2014, que se prolongará hasta finales de año. En este contexto, los inspectores de Consumo verificarán que bares, restaurantes y establecimientos similares ponen a disposición de los clientes envases precintados, que impidan su reutilización una vez agotado el contenido original.
Se exceptúan de esta obligación los aceites de oliva que han sido aromatizados por el propio establecimiento mediante maceración de diferentes especias y condimentos como ajo, laurel y pimienta, entre otros. En estos casos, al manipularse dos productos alimenticios para fabricar uno resultante, el establecimiento de restauración será responsable de que sea etiquetado como le corresponde, como condimento preparado, con la finalidad de facilitar una información veraz a los consumidores.
La campaña de Inspección de restauración 2014 prevé controlar hasta fin de año cerca de 800 establecimientos, en los que se comprobará la existencia de las hojas de reclamaciones, o la información y publicidad sobre precios y servicios, entre otras cosas.