Revista
Javier Hidalgo, Victorino Vega Macías, Ana Leyva Bollero, Daniel Pérez Mohedano y Juan Carlos Hidalgo Moya, investigadores del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa), son los autores de un informe editado por la Junta de Andalucía, en el que se aborda el invierno de la campaña 2014/2015, especialmente seco y sus consecuencias en el olivar.
El riego es una práctica de cultivo que tiene una gran implantación en el olivar desde los años 90, con una gran repercusión sobre la producción de aceituna. En Andalucía existen 101.902 hectáreas de cultivo de olivar de aceituna de mesa, de las cuales, 53.462 son de riego y 48.440 son de secano. En cuanto al olivar de aceituna para almazara, la región andaluza cuenta con 1.439.838 hectáreas, de las cuales, 974.508 son de secano y 465.330 son de riego, según el Anuario de Estadísticas Agrarias de la Junta de Andalucía, de 2011. Esto supone que un tercio de los olivares andaluces reciben aportación de agua de riego, siendo este porcentaje superior en los olivares cuyo destino final es la aceituna de mesa, tal y como observamos en estas cifras.
Según el trabajo de los investigadores del Ifapa, existe una metodología de cálculo de las necesidades de riego de un olivar basada en el balance de agua propuesto por la FAO, y desarrollada por el Instituto de Agricultura Sostenible (IAS-CSIC) en colaboración con el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa-CAPyDR-JA), en función de las características edafológicas, climáticas y de la plantación. Dicha metodología ha permitido elaborar programas de riego específicos y recomendaciones generales, de utilidad para los agricultores y Comunidades de Regantes de olivar. La cuantía de las lluvias y su reparto a lo largo del año, tienen una gran repercusión sobre las necesidades a cubrir mediante el riego, que analizan a través de dicho informe para la presente campaña.
Pueden leer el reportaje completo en el número 160 de Oleo Revista.