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La firma jiennense Castillo de Canena continúa avanzando en la Agricultura de Precisión, lo que les permite lograr unos aceites de oliva virgen extra de la máxima calidad. En este caso trabajan para reducir el consumo de agua.
Tal y como explican, dentro de la profundización en la Agricultura de Precisión, surge el ZIM Water Sensor Probe, sensor/sonda que les aporta una medición continua, no invasiva, de la presión de turgencia de la planta, relacionada directamente con el crecimiento y productividad del olivo. De este modo consiguen medir el nivel de hidratación que tienen las hojas de sus árboles. La información aportada por el sensor y que pueden monitorizar en tiempo real a través de internet, permite realizar un riego a la demanda ajustando el tiempo de riego y la cantidad de agua aportada. Para adecuar la demanda de riego, el sensor coge información de la temperatura ambiente y de la humedad y tiene en cuenta la fase fenológica en la que se encuentra el cultivo, en estos momentos Fase 2 (desde inicio hasta endurecimiento de hueso).
El diseño experimental del ensayo consta de cinco repeticiones (cinco olivos) con dos sensores por olivo, además de dos sensores de temperatura y humedad ambiente para ver el microclima y un sensor de humedad de suelo. Todo esto permite la monitorización y evaluación de datos, en combinación con las recomendaciones para la irrigación, lo que va a generar una reducción del uso del agua del 20-30% y mejorar la calidad y el estado sanitario de la plantación.