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España es la primera potencia mundial del aceite de oliva, una fortaleza asentada sobre apenas 1.300 fabricantes, cuyas almazaras transforman en oro líquido la campaña del olivar más extenso del planeta, formado por 340 millones de árboles. En el siglo XXI, en el que no ha dejado de crecer la demanda global de este producto asociado a las bondades de la dieta mediterránea, se calcula que una de cada dos gotas de aceite que se consume en el mundo ha sido producida en España. ¿Cómo son las empresas que lo fabrican? La radiografía sectorial elaborada a partir de los datos de Insight View muestra un sector con crecimientos sostenidos, resultados desiguales dependiendo de la cosecha y riesgos de impago razonablemente bajo control.
De acuerdo con los datos que ofrece la herramienta Insight View y proporcionada por Iberinform, nos indica que la distribución geográfica del sector refleja la importancia capital de Andalucía, donde se concentra más de la mitad de sus empresas (53%). Le siguen en importancia Castilla-La Mancha (11%), Cataluña (10%), Extremadura (5%), la Comunidad Valenciana (5%) y Aragón (5%).
Asimismo, la facturación media prácticamente se ha duplicado desde el comienzo de la crisis, hasta los 12 millones de euros. Los márgenes, sin embargo, son ajustados y el signo de los resultados presenta grandes oscilaciones de año en año. En ese contexto, el 13% de los fabricantes de aceite de oliva está en riesgo elevado de incumplir sus pagos. El riesgo es máximo en el 3% del sector.
El sector cada vez más orientado a la exportación, adquiere una notable importancia el tamaño de las empresas. Un 18% del tejido empresarial está formado por grandes y medianas empresas, fruto de la concentración creciente para afrontar con mayores garantías el mercado internacional. La longevidad empresarial en este sector es muy grande. Un 42% de sus fabricantes tiene más de 25 años y la aparición de nuevos operadores después de la crisis apenas representan un 23% del tejido productivo.