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El pasado 26 de noviembre el COI celebró sus 60 años de existencia y lo hizo inaugurando un jardín de olivos en la sede de la organización en Madrid. Los árboles pertenecen a la variedad Farga, descendientes del Minerva, un olivo milenario, y han sido donados por la Fundación Santander.
Al acto acudió el ministrio Luis Planas, quien puso en valor la importancia del olivar como un patrimonio de extraordinario valor económico, cultural, social y medioambiental. El ministro puso el acento en la aportación del cultivo en la lucha contra el calentamiento global, debido a su balance de carbono positivo. En ese sentido, señaló que la producción de un litro de aceite de oliva es capaz de absorber 10 kilos de CO2 por el efecto sumidero. De cara al futuro, animó al sector a apostar por la innovación, la mejora tecnológica, la calidad, la promoción del consumo y la internacionalización.
Respecto al COI, destacó la defensa que esta entidad hace de los intereses de los países productores, y les ha felicitado por su esfuerzo "para lograr que el aceite de oliva y la aceituna de mesa sean considerados como referentes de la calidad alimentaria y gastronómica a nivel mundial".