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La Alianza por una Agricultura Sostenible (ALAS) acaba de incorporar como miembro a la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), con lo que se agrupa la voz de todo el sector productor a nivel nacional para seguir impulsando el valor estratégico de la sostenibilidad de la agricultura, la ganadería y la industria agroalimentaria, así como la reputación social de sus principales actores: agricultores y ganaderos. Las organizaciones agrarias ASAJA y UPA, Cooperativas Agro-alimentarias, la Federación Española de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas Vivas (FEPEX) y la Asociación Española de Agricultura de Conservación/Suelos Vivos (AEAC.SV) conforman el resto de miembros de la Alianza.
Con esta adhesión, ALAS se refuerza como entidad representativa nacional, integrando a todo el sector productor, que demanda el acceso al conjunto más amplio de herramientas y tecnologías basadas en la evidencia científica para mantener la productividad de sus explotaciones.
Para el secretario general de COAG, Miguel Blanco, con respecto a la integración en ALAS ha afirmado: “Es momento de sumar, de crear un frente común y poner en valor el carácter estratégico del sector agrario para afrontar con garantías la reconstrucción económica y social de nuestro país. En este sentido, nos planteamos la defensa de un modelo de producción con los más altos estándares mundiales en materia de seguridad alimentaria, calidad, trazabilidad, conservación y gestión del medio ambiente y bienestar animal. Un tejido productivo fuerte y eficiente pasa por la sostenibilidad económica, social y medioambiental de nuestras explotaciones. Y esa tarea es la que debe marcar la hoja de ruta de esta Alianza”.
Por su parte, el presidente de la Alianza, Pedro Gallardo, ha manifestado su satisfacción por el ingreso de COAG, porque “reforzamos nuestras demandas por una agricultura y ganadería productivas, optimizando el uso de recursos para cultivar plantas y criar animales de forma sostenible, de la mano de la innovación y las nuevas tecnologías, para hacer frente a los efectos del cambio climático, aumentar su competitividad en los mercados y poder seguir garantizando el suministro de alimentos seguros, saludables, a precios asequibles y variados a la población”.