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Un estudio, publicado en la revista Science of the Total Environment, demuestra por primera vez el papel de las bacterias activas en la transformación de la materia orgánica que se produce durante el compostaje de “alperujo”. Es el principal residuo orgánico producido por la industria extractiva del aceite de oliva.
El compostaje es la principal biotecnología empleada en el tratamiento de los residuos orgánicos, actualemente. Los microorganismos presentes en los residuos son los que transforman y degradan la materia orgánica, convirtiéndolos en un producto que sirve para mejorar los suelos o como abono para la agricultura. Este material se conoce como compost.
Dicho trabajo realizado por personal investigador de los departamentos de Microbiología del Suelo y Sistemas Simbióticos y Protección Ambiental de la Estación Experimental del Zaidín (EEZ-CSIC), en colaboración con la Universidad de Granada y la Universidad del País Vasco, han analizado que las bacterias implicadas en el proceso varían de forma diferencial a lo largo del tiempo. Algunas de ellas solo se desarrollan en la primera fase (mesofílica) o en la fase más activa del proceso (termofílica), mientras que otras solo lo hacen en el proceso de maduración. Estos grupos están directamente relacionados con los cambios fisicoquímicos producidos en cada fase. En concreto los grupos de bacterias Luteimonas, Parapedobacter y Planomicrobium, los cuales se incrementan solo al final del proceso, tienen un papel esencial en la humificación del compost resultante, por lo que son potenciales candidatos como bioindicadores del proceso y mejoradores de las propiedades agrícolas del compost.
El uso de de técnicas “ómicas” basadas en la secuenciación del material genético aplicadas al compostaje está revolucionando el conocimiento de la microbiología. Metodologías novedosas como la secuenciación masiva del ADN y ARN, o la reacción en cadena de la polimerasa cuantitativa (qPCR), permiten identificar y cuantificar aquellos microorganismos implicados en las reacciones metabólicas producidas durante la transformación de la materia orgánica. La información obtenida en cada momento del proceso permite optimizar el compostaje y obtener compost con propiedades mejoradas, con el consiguiente beneficio económico.