Revista
Solo el 5% de las explotaciones oleícolas italianas se encuentran gestionadas por olivicultores menores de 40 años y por cada joven olivarero hay 10 mayores de 65 años. Está es una de las conclusiones de la segunda jornada de EVOOTRENDS, evento organizado por Consorzio Olivícola Italiano - Unaprol y la Fiera Roma.
"Es necesario invertir el rumbo y centrarse en la calidad, la formación y la innovación para dar un futuro de la olivicultura italiana", señaló el presidente de Unaprol, David Granieri, quien, analizando los datos de Ismea sobre el sector y pide un compromiso común de todo el sector oleícola para relanzar la producción en Italia.
La olivicultura, que ya sufre una alta fragmentación con un tamaño medio de empresa de 1,8 hectáreas, sufre un lento relevo generacional que inevitablemente coincide con una baja propensión a la innovación. Según Unaprol, precisamente la agricultura de precisión, además de los cursos de formación construidos para empresas basados en la búsqueda de la calidad, podrían facilitar el acercamiento de los jóvenes al sector oleícola.
En este sentido, la organización de productores ya ha puesto a disposición de sus miembros una plataforma dedicada al desarrollo y uso de tecnologías aptas para el cultivo del olivo.
“Las intervenciones estructurales del gobierno son necesarias para que sea atractivo invertir en el cultivo del olivo - explica el presidente Granieri -. A través del CAP y el PNRR, el Ministerio tendrá la oportunidad de planificar una estrategia de largo plazo que permitirá la renovación de plantas y modelos agronómicos, con foco en la calidad de nuestras producciones.”
“Será fundamental apostar por la innovación tecnológica para acercar a los jóvenes al cultivo del olivo - prosigue Granieri - Las empresas que se han centrado en la agricultura de precisión y la tecnología para la calidad son las que han ganado el reto de los mercados y que también se han renovado en gobernanza".
“Tenemos el deber de trabajar para elevar aún más el nivel de calidad de nuestro producto y abrir rodajas de mercado que puedan incitar a los jóvenes a acercarse al mundo del aceite de oliva virgen extra - continúa Granieri -. Al centrarnos en la gran calidad italiana y la innovación tecnológica, finalmente podremos reducir las prácticas desleales que permiten que los aceites fronterizos de la UE y de fuera de la UE invadan nuestras estanterías."