Revista
Durante el año 2020, los hogares españoles consumieron 412,7 millones de litros de aceite de oliva y gastaron 1.215,4 millones de euros en este producto. En términos per cápita, se llegó a 8,9 litros de consumo y 26,3 euros de gasto, según el último informe de la empresa pública Mercasa sobre sectores de Alimentación en España 2021.
El documento señala que el consumo más notable se asocia al aceite de oliva no virgen (4,6 litros por persona y año), seguido del aceite de oliva virgen (4,3 litros per cápita). En términos de gasto, el aceite de oliva virgen concentra el 48,3%, con un total de 14,6 euros por persona, mientras que el aceite de oliva no virgen supone el 51,7% restante con un total de 11,7 euros por persona.
Durante los últimos cinco años, el consumo de aceite de oliva se ha elevado 0,4 litros por persona aun que el gasto se ha reducido en 4,6 euros per cápita. En el periodo 2016-2020, el consumo más elevado se produjo en el año 2020 motivado por los efectos de la COVID-19 (8,9 litros), mientras que el mayor gasto tuvo lugar en el ejercicio 2016 (30,9 euros por consumidor).
En cuanto a las calidades consumidas, la evolución del consumo per cápita durante el periodo 2016-2020 ha sido diferente para cada tipo de producto. Respecto a la demanda de 2016, el consumo de aceite virgen extra experimenta un aumento considerable mientras que, por el contrario, el aceite virgen se mantiene bastante estable aunque con una elevación en el último año motivada por los efectos de la COVID-19.
Como consumimos en España
Dentro del análisis realizado, en términos per cápita, el consumo de aceite de oliva durante el año 2020 presenta distintas particularidades.
Por tipología de hogares, se observan desviaciones positivas con respecto al consumo medio en el caso de retirados, parejas adultas sin hijos y adultos independientes, mientras que los consumos más bajos tienen lugar entre las parejas con hijos pequeños, las parejas jóvenes sin hijos, en los hogares monoparentales, los jóvenes independientes y las parejas con hijos mayores.
Entre ellas, que los hogares de clase alta y media alta cuentan con el consumo más elevado, mientras que los hogares de clase media baja tienen el consumo más reducido. También se destaca que los hogares sin niños consumen más cantidad de aceite de oliva, mientras que los consumos más bajos se registran en los hogares con niños menores de seis años.
En cuanto a la compra, si la persona encargada de hacerla no trabaja, el consumo de aceite de oliva es superior, y en aquellos hogares donde compra una persona con más de 65 años, el consumo de aceite de oliva es más elevado, mientras que la demanda más reducida se asocia a los hogares donde la compra la realiza una persona que tiene menos de 35 años.
Por número de personas, nos encontramos que los hogares formados por una persona muestran los consumos más elevados de aceite de oliva, mientras que los índices son más reducidos a medida que aumenta el número de miembros en el hogar.
La zona de residencia influye también en consumo del aceite de oliva, así los consumidores que residen en las grandes ciudades (más de 100.000 habitantes) cuentan con mayor consumo per cápita de aceite de oliva, mientras que los menores consumos tienen lugar en los núcleos de población con censos de entre 2.000 y 10.000 habitantes.
Finalmente, por comunidades autónomas, Galicia, Cantabria, País Vasco y Baleares cuentan con los mayores consumos mientras que, por el contrario, la demanda más reducida se asocia a Extremadura, la Región de Murcia, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana.
Preferencias de compra
En cuanto al lugar de compra, en 2020 los hogares recurrieron mayoritariamente para realizar sus adquisiciones de aceite de oliva a los supermercados (59,1% de cuota de mercado). El hipermercado alcanza en este producto una cuota del 26,7%, mientras que el comercio electrónico representa el 3,8% y los economatos y cooperativas concentran el 1,3%. Los establecimientos especializados suponen el 1,3% y las otras formas comerciales acaparan el 7,8% restante.