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Los hallazgos científicos siguen corroborando los efectos positivos del aceite de oliva sobre la salud humana. Las últimas noticias nos llegan desde el grupo de trabajo Infecciones Bacterianas: Terapias Antimicrobianas, compuesto por científicos del IBEC y de la Universidad de Granada, y que han conseguido potenciar las cualidades antimicrobianas del ácido oleanóligo y el ácido maslínico, presentes en la aceituna y en el aceite de oliva.
Las propiedades del oleanóligo y el maslínico eran desde hace años conocidas y divulgadas por los científicos. Lo que ha hecho este estudio es partir de estos dos compuestos para buscar derivados que superasen la actividad antimicrobiana de los compuestos originales tanto in vitro como en modelo animal. Tras analizar catorce derivados se encontraron dos, bautizados como OA-HDA y MA-HDA, que cumplieron el propósito. Pero no solo eso: al ponerlos en contacto frente a la bacteria Staphylococcus aureus esta no mostró ninguna resistencia.
La bacteria Staphylococcus aureus es causante de infecciones nosocomiales en catáteres y prótesis hospitalarios, que conllevan una elevada morbilidad y mortalidad. Las infecciones de tipo nosocomial crean un ecosistema bacteriano con una alta tasa de resistencia a los antibióticos habituales, hasta 1.000 superior al resto de bacterias. Esto es lo que convierte una bacteria como la mencionada en potencialmente letal, dado que el sistema inmunitario no es capaz de reaccionar. En ese sentido, el descubrimiento de estos dos nuevos compuestos terapéuticos suponen un hallazgo que abre la puerta a nuevos fármacos antimicrobianos mucho más eficaces.
“Escogimos los ácidos oleanólico y maslínico por dos motivos" comenta Luis Álvarez de Cienfuegos, uno de los autores del estudio, “porque son abundantes en un producto natural tan cotidiano como la aceituna. Los residuos industriales del aceite oliva, por tanto, son una fuente inmejorable de ambos ácidos”. El estudio se ha publicado en la revista ACS Infectius Deseases.