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La Comisión Europea ha publicado el Informe de perspectivas a medio plazo para los mercados agrarios y la renta agrícola de la Unión Europea (UE) hasta 2035. Este análisis destaca la evolución del sector olivarero en un contexto marcado por desafíos climáticos, cambios en los patrones de consumo y una creciente competencia en el mercado global.
Estabilidad en la superficie, crecimiento en la producción
Se prevé que la superficie destinada al olivar en la UE se mantenga estable, mientras que la producción de aceite de oliva aumentará ligeramente gracias a las mejoras en el rendimiento, con incrementos anuales del 1,2 % en España y del 1 % en Portugal. Sin embargo, el sector enfrenta importantes retos, como la escasez de agua, las enfermedades como la Xylella fastidiosa y el aumento de los costes de producción.
La rentabilidad futura dependerá de la transformación hacia sistemas productivos más intensivos y mecanizados, un cambio ya en marcha en países como España y Portugal, donde se están plantando olivares en zonas no tradicionales.
Consumo divergente en la UE
Mientras que el consumo per cápita de aceite de oliva continúa disminuyendo en los principales países productores como España, Italia y Grecia (con caídas anuales del 2-3 %), se prevé un aumento del consumo en Portugal y en el resto de los países de la UE. Este crecimiento, estimado en un 3,5 % anual en países con menor tradición olivarera, refleja un cambio en las preferencias de los consumidores hacia dietas más saludables.
No obstante, los altos precios del aceite de oliva y la creciente competencia de otros aceites vegetales generan incertidumbre sobre la demanda futura.
Exportaciones al alza
En respuesta al descenso del consumo interno, se espera que las exportaciones netas de aceite de oliva de la UE aumenten significativamente, alcanzando casi 750.000 toneladas para 2035. España, Portugal y Grecia liderarán este crecimiento, con tasas anuales del 3,5 %, 1,8 % y 1,5 %, respectivamente.
Por otro lado, Túnez sigue consolidando su presencia en el mercado europeo gracias a los acuerdos comerciales existentes, lo que añade presión competitiva al sector olivarero europeo.
Aceitunas de mesa: retos y oportunidades
La producción de aceitunas de mesa en la UE enfrentará desafíos similares a los del aceite de oliva, como las condiciones climáticas adversas y la escasez de agua. Sin embargo, las inversiones en modernización y políticas hídricas bien diseñadas podrían mitigar estos efectos, como lo demuestra el caso de Portugal, que se proyecta como un modelo de gestión sostenible.
A nivel de consumo, se espera un crecimiento sostenido en países como Grecia, Italia y Portugal, con incrementos anuales de hasta el 2,8 %. En el resto de la UE, el consumo per cápita también crecerá, aunque a un ritmo más moderado del 0,5 % anual.
Fortalecimiento del comercio exterior
La UE mantendrá su posición como exportador neto de aceitunas de mesa, con España y Portugal liderando el crecimiento de las exportaciones. Sin embargo, Italia continuará dependiendo de las importaciones, con un volumen neto de 94.000 toneladas proyectado para 2035.
Transformación y resiliencia para un futuro sostenible
El informe resalta la necesidad de adoptar estrategias innovadoras y sostenibles para garantizar la resiliencia del sector olivarero. Desde la modernización de los sistemas productivos hasta la diferenciación de productos en mercados internacionales, el camino hacia 2035 exige un compromiso colectivo para superar los retos y aprovechar las oportunidades en un mercado global cada vez más competitivo.