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El sector del olivar catalán enfrenta uno de sus momentos más críticos tras los efectos devastadores de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) registrada en las últimas semanas. Según datos de la Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña (FCAC), las pérdidas en el olivar de las comarcas del Baix Ebre y Montsià podrían alcanzar el 30%, con picos de hasta el 70% en algunas áreas gravemente afectadas.
El temporal, que ha provocado lluvias torrenciales y fuertes vientos, ha causado la caída masiva de aceitunas de los árboles, además de daños estructurales en campos e infraestructuras agrícolas. Las condiciones climáticas posteriores, caracterizadas por alta humedad relativa y temperaturas anómalamente suaves, están favoreciendo la aparición de hongos, lo que compromete aún más la calidad del fruto restante.
“El impacto de la DANA sobre el olivar no tiene precedentes recientes. En una campaña ya marcada por una previsión de producción baja, estas pérdidas agravan la situación de los agricultores y cooperativas”, señala un portavoz de la FCAC.
Caída de producción y riesgo de calidad en el olivar
El olivar en las Terres de l’Ebre, principal zona productora de aceite en Cataluña, ya enfrentaba una difícil campaña con una reducción estimada del 70% respecto a años normales debido a condiciones climáticas previas. Las lluvias recientes han empeorado la situación:
Esta combinación de factores no solo impacta la cantidad de producción, sino también su valor comercial, ya que gran parte del aceite resultante podría no alcanzar los estándares de calidad necesarios para ser etiquetado como aceite de oliva virgen extra (AOVE).
Un impacto estructural en los campos de olivar
Además de las pérdidas en la cosecha, el temporal ha causado daños significativos en las infraestructuras agrícolas, incluyendo:
Estos daños a largo plazo agravan la recuperación de los agricultores y elevan los costos de producción en una campaña ya de por sí complicada.
Medidas urgentes para el sector olivarero
La FCAC ha instado a las administraciones a establecer mecanismos de apoyo urgentes para las explotaciones afectadas. Esto incluye tanto ayudas directas como medidas de promoción para garantizar la viabilidad del sector en el corto y mediano plazo.
“El olivar es un pilar económico y cultural de nuestras comarcas. Con aproximadamente el 50% de la superficie agrícola útil dedicada a este cultivo, las pérdidas actuales afectan a toda la cadena productiva y ponen en riesgo la sostenibilidad del sector”, destacó la FCAC.
Además, se ha hecho un llamado a realizar evaluaciones precisas de los daños y a implementar herramientas de gestión de riesgos agrícolas que permitan al sector enfrentar futuros episodios de clima extremo.