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La valorización de la biomasa del olivar en biorrefinerías puede ser clave para la obtención de compuestos químicos y farmacológicos de alto valor, biocombustibles y energía renovable con miras a contribuir a la sostenibilidad ambiental, social y económica.
El olivo, árbol mediterráneo por excelencia, tiene una gran importancia cultural, económica y ambiental en la cuenca del mediterráneo, en España y Andalucía. Del olivar no sólo se produce el preciado aceite de oliva y la aceituna de mesa, sino que también se generan diferentes tipos de biomasa en gran cantidad a lo largo de su ciclo de vida. La biomasa es una fuente de energía renovable y, también, de compuestos químicos y farmacológicos de alto valor añadido y biocombustibles. Es por ello, que la valorización de esta biomasa puede jugar un papel fundamental para avanzar hacia el desarrollo sostenible, el objetivo de neutralidad climática y economía circular.
El olivar y sus biomasas
En el año 2021, la producción mundial de aceite de oliva fue de 3,3 millones de toneladas (FAOSTAT, 2021). España es el principal productor, aportando el 44,5% del aceite global, y la provincia de Jaén, conocida como “La Capital Mundial del Aceite de Oliva”, contribuyendo con el 25%.
En España, el proceso de producción de aceite de oliva parte de la recolección de la aceituna en el olivar y su posterior procesado en la almazara, donde se lleva a cabo la trituración y batido de aceituna y la separación del aceite, predominando la centrifugación de dos fases (Gómez-Cruz y col., 2024). Tanto en la fase de cultivo como en las almazaras se generan diversas biomasas (Figura 1) que, si no se gestionan adecuadamente, pueden convertirse en residuos problemáticos. Entre ellas se pueden mencionar los restos de poda, hojín, orujo graso y húmedo (alperujo, si es de dos fases) y hueso de aceituna. En las orujeras, la extracción de aceite del orujo genera otra biomasa, el orujo extraído u orujo seco (orujillo) (Galán-Martín y col., 2022).
Las biomasas del olivar contienen, entre otros componentes, extractos (material extraíble), celulosa, lignina y hemicelulosa (Tabla 1), siendo ideales para obtener energía renovable y diversos productos de interés comercial (Figura 1) (Contreras y col., 2020).
Valorización en cascada
Tradicionalmente, los residuos y subproductos derivados de la industria oleícola se han desechado o quemado. Actualmente, algunas biomasas se usan como combustible pero se pierden compuestos químicos de interés, por lo que se podrían valorizar en biorrefinerías para maximizar su aprovechamiento. Por biorrefinería se entiende una industria integrada que, utilizando biomasa como materia prima y diversas tecnologías en un proceso en cascada, produce energía, biocombustibles, compuestos bioactivos, productos químicos, materiales, alimentos y/o piensos (Pérez-Almada y col., 2023; Gómez-Cruz y col., 2024).
Tienen disponible este artículo completo para su lectura en el número 197 de Óleo.