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Según el informe de Perspectivas a corto plazo de los mercados agrícolas correspondientes a la primavera 2024 publicado por Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea, se espera una recuperación leve pero significativa en la producción de aceite de oliva en la Unión Europea durante la campaña 2023/2024. Se proyecta un aumento del 7% respecto al año anterior, alcanzando un nivel mínimo histórico de hasta 1,5 millones de toneladas. Sin embargo, esta cifra sigue siendo un 28% inferior a la media quinquenal.
Esta recuperación se atribuye principalmente a un incremento del 37% en Italia, que se encuentra en un ciclo fructífero productivo, así como a una recuperación del 27% en España y un crecimiento del 19% en Portugal, siendo este último el segundo más alto de la historia. Por el contrario, Grecia experimentó una evolución negativa del 55% debido a la climatología adversa y la aparición de plagas, al igual que otros países productores afectados por plagas y enfermedades fúngicas.
A pesar de esta leve recuperación, las existencias iniciales por debajo de la media (406.000 toneladas) resultan en la disponibilidad de aceite de oliva más baja durante el periodo cubierto por las perspectivas a corto plazo, con 1,9 millones de toneladas, un 28% por debajo de la media quinquenal.
El informe también señala una reducción en la demanda tanto a nivel interno como mundial, debido a los elevados precios de producción y consumo que incentivan el cambio a aceites comestibles más económicos. Se proyecta una caída adicional del consumo interno en la UE de alrededor del 3%, alcanzando un mínimo histórico por debajo de 1,2 millones de toneladas. Asimismo, las exportaciones de la UE han disminuido en mercados asiáticos como China y Japón, mientras que se mantuvieron estables pero bajas en EE.UU.
Se espera por tanto que las exportaciones de la UE disminuyan nuevamente en torno al 10% en 2023/2024, lo que posiciona a la UE como un mercado atractivo para las importaciones debido a la menor cantidad disponible y los precios más altos. Por lo tanto, las importaciones de la UE podrían alcanzar unas 200.000 toneladas, sobre todo procedentes de los socios tradicionales (Túnez, Turquía), y con pequeños volúmenes procedentes de destinos más remotos, como Argentina o Chile. Como resultado, se estima que las existencias finales podrían alcanzar unas 365 000 toneladas en 2023/2024.