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Las personas que siguen un estilo de vida mediterráneo, que incluye una dieta rica en frutas, verduras y cereales integrales; hábitos alimentarios saludables como limitar la sal y los azúcares añadidos; y hábitos que promueven el descanso, la actividad física y la socialización adecuados, tienen un menor riesgo de mortalidad por todas las causas y por cáncer, según un nuevo estudio dirigido por la Universidad Autónoma de Madrid y la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard. Las personas que seguían el énfasis del estilo de vida en el descanso, el ejercicio y la socialización con amigos tenían un menor riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares. El estudio fue publicado el miércoles 16 de agosto en Mayo Clinic Proceedings.
Si bien muchos estudios han establecido los beneficios para la salud de una dieta y un estilo de vida mediterráneos, se han realizado pocas investigaciones sobre la dieta fuera de su región de origen. "Este estudio sugiere que es posible que las poblaciones no mediterráneas adopten la dieta mediterránea utilizando productos disponibles localmente y adopten el estilo de vida mediterráneo en general dentro de sus propios contextos culturales", dijo la autora principal Mercedes Sotos Prieto, investigadora Ramón y Cajal en La Universidad . Autónoma de Madrid y profesora adjunta de salud ambiental en la Harvard Chan School. "Estamos viendo la transferibilidad del estilo de vida y sus efectos positivos en la salud".
Marco de la investigación
Los investigadores analizaron los hábitos de 110.799 miembros de la cohorte del Biobanco del Reino Unido, un estudio poblacional en Inglaterra, Gales y Escocia utilizando el índice de estilo de vida mediterráneo (MEDLIFE), que se deriva de un cuestionario de estilo de vida y evaluaciones de la dieta. Los participantes, que tenían entre 40 y 75 años, proporcionaron información sobre su estilo de vida según las tres categorías que mide el índice: “Consumo de alimentos mediterráneos” (ingesta de alimentos que forman parte de la dieta mediterránea como frutas y cereales integrales); “Hábitos dietéticos mediterráneos” (adherencia a hábitos y prácticas en torno a las comidas, incluida la limitación de sal y el consumo de bebidas saludables); y “actividad física, descanso y hábitos sociales y de convivencia” (adherencia a hábitos de estilo de vida que incluyen tomar siestas regulares, hacer ejercicio y pasar tiempo con amigos).
Los investigadores hicieron un seguimiento nueve años después para examinar los resultados de salud de los participantes. Entre la población del estudio, 4.247 murieron por todas las causas; 2.401 por cáncer; y 731 por enfermedades cardiovasculares. Al analizar estos resultados junto con las puntuaciones de MEDLIFE, los investigadores observaron una asociación inversa entre la adherencia al estilo de vida mediterráneo y el riesgo de mortalidad. Se encontró que los participantes con puntuaciones MEDLIFE más altas tenían un riesgo 29% menor de mortalidad por todas las causas y un riesgo 28% menor de mortalidad por cáncer en comparación con aquellos con puntuaciones MEDLIFE más bajas. La adherencia a cada categoría de MEDLIFE de forma independiente se asoció con un menor riesgo de mortalidad por cáncer y por todas las causas. La categoría “actividad física, descanso y hábitos sociales y de convivencia” fue la que se asoció más fuertemente con estos riesgos reducidos.