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Tras analizar la cantidad de subproductos agrícolas que genera el olivar, concretamente hueso de aceituna, y el impacto social, medioambiental y económico que produce, se deduce que el sector olivícola, debido a las fluctuaciones de competitividad que alcanza, requiere de actividades colaterales adicionales que incrementen la renta neta, especialmente de los olivicultores tradicionales, y principalmente a través de la valorización de subproductos, oleoturismo, integración hacia el origen, y destino, etc.
Las claves para una futura supervivencia de las almazaras se encuentran recogidas en el estudio solicitado por Secaderos de La Loma y que lleva por título, " Integración vertical, economía circular de valorización y tamaño adecuado, claves para la supervivencia de almazaras" realizado por Juan Vilar Consultores Estratégicos.
Tal como indica dicho estudio, con el incremento de la competitividad, tanto vía incremento de la optimización, como a través de la diferenciación singularizada, se hace necesario cumplir con tres parámetros fundamentales en la gestión de almazaras.
Por un lado, que su tamaño sea adecuado, es decir, se ha de conseguir una escala tal que permita hacer mínimo el escándalo , y ayude a mejorar la renta de los agricultores vía optimización de resultados, por la consecución del equilibrio marginal de forma sobrada, consiguiendo procesar cada kilogramo de aceituna de la forma más competitiva posible, este liderazgo en permitiría a la almazara, cuanto menos ,trasmitir el mayor nivel de renta posible, y desearía al olivicultor, mejorando de este modo la renta percibida neta.
Otro aspecto fundamental es conseguir una óptima dotación de recursos que, combinados con el punto anterior, pueda procesar la aceituna de forma eficiente y con un alto nivel de eficacia, de este modo, los olivicultores verían también mejorada la dotación de renta percibida.
Y por último, lo ideal es promover una integración vertical circular, es decir, valorizar todos los subproductos de la misma forma integrada como actividad productiva adicional, dotando a la almazara de una nueva, o varias líneas de negocio de valorización de subproductos, especialmente hueso , y pulpa de aceituna
Mediante la planta de tratamiento de hueso , este es sometido al proceso de secado que le excede un 12% menos de humedad que por métodos tradicionales, lo que le otorga mejores características como combustible, mejorando la vida útil de las plantas donde se combustiona.
No solo mejora las características del hueso, si no que la implementación del tratamiento de hueso en una almazara, genera una línea de negocio complementaria a la almazara que aporta unos ingresos netos definitivos por subproceso acumulado de 56 euros por tonelada de hueso, y una vez eliminado el impacto del coste de oportunidad del subproducto producido en la misma almazara, el valor ascendería a 135 euros netos por tonelada. El beneficio neto por ejercicio estaría entre 245 mil y 270 mil euros , que una vez detraída la amortización del secadero, estaría entre los 230 y 255 mil euros netos, el payback con esta fórmula sería inferior a un año, contribuyendo a remunerar al cosechero entre 6,5 y 7 céntimos, adicionales, por kilo de aceite de oliva independientemente de la categoría.
Del análisis realizado, se puede concluir que la planta de tratamiento de hueso de aceituna no solo es una inversión totalmente rentable, si no que contribuye a la circularidad del proceso, revalorizando la cadena de valor del aceite de oliva y utilizando de manera sostenible los recursos , por su limpia combustión y alto poder calorífico que excluye a fuentes de energía más contaminantes, respetando así, el medio, el entorno y aumentando de manera indirecta la renta de los agricultores y del medio rural.