Revista
El olivo (Olea europaea L.) es una de las especies mejor adaptadas a un clima de tipo mediterráneo. No obstante, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático considera que la cuenca del Mediterráneo es un "punto crítico" del cambio climático porque las proyecciones del modelo futuro sugieren un calentamiento y una sequía considerables.
En este contexto, surgirán nuevos retos medioambientales en las próximas décadas, que debilitarán y amenazarán las zonas olivareras, provocando pérdidas de productividad y cambios en la calidad del fruto y del aceite. El cultivo del olivo, un núcleo de la economía mediterránea, pronto podría estar bajo presión. Para analizar el vínculo entre el clima y los olivos, investigadores de universidades francesas, libanesas e iraníes, realizaron un estudio restrospectivo sobre la evolución a los largo de 5.400 años de dinámica de olivos de la antigua ciudad de Tiro (Líbano), mostrando que la fructificación óptima escala estrechamente con la temperatura. Dicho trabajo ha sido publicado en la revista Nature Plants recientemente bajo el título, "Climate change threatens olive oil production in the Levant".
Según los datos actuales y paleolíticos, definen una temperatura media anualóptim a de 16,9 ± 0,3 °C para la floración del olivo que existe al menos desde el Neolítico. Según sus proyecciones, durante la segunda mitad del siglo XXI, el aumento de la temperatura en el Líbano tendrá consecuencias perjudiciales para el crecimiento de los olivos y la producción de aceite de oliva, especialmente en las regiones del sur del país, que serán demasiado calurosas para una floración y fructificación óptimas.