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Así se desprende de la tesis doctoral defendida en la Escuela de Ingenierías Agrarias, de la Universidad de Extremadura, por el ingeniero agrónomo Manuel Fuentes Mendoza. Su trabajo de investigación ha caracterizado el oro líquido de las variedades más representativas de esta zona oleícola: “morisca” y “carrasqueña”.
Sus determinaciones han permitido deducir que de estos dos cultivos, que suponen el 92% de la superficie dedicada al olivar de toda la comarca, los aceites elaborados a partir de la variedad “carrasqueña” presentan una mejor calidad tanto físico-química como sensorial que los obtenidos del cultivar “morisca”.
La directora de este estudio y catedrática de la Escuela de Ingenierías Agrarias de la Universidad de Extremadura, Concepción de Miguel, refuerza esta conclusión y explica que los aceites procedentes de la "carrasqueña" presentaron una menor susceptibilidad al enranciamiento, mayor contenido en compuestos fenólicos y de ácido oleico, componentes de gran interés por “sus efectos beneficiosos para la salud”, y una puntuación más alta, otorgada por el panel de catadores, en “atributos sensoriales positivos”.
Asimismo, este hallazgo ha sido especialmente valorado por el doctor Daniel Martín, codirector de la tesis y facultativo agroalimentario del Instituto Tecnológico Agroalimentario de Extremadura (Intaex). Según ha matizado el investigador, este parámetro proporciona a las empresas del sector información sobre la vida útil estimada de estos aceites. <br><br>
Todos los marcadores analíticos obtenidos, según metodologías establecidas por la reglamentación de la Unión Europea, suponen una herramienta de enorme utilidad para los productores. Como han señalado ambos tutores científicos, este conocimiento puesto ahora en valor supone una herramienta muy útil para el sector.
“Sabíamos que esta zona oleícola de Extremadura pretendía solicitar la Denominación de Origen y lo que hemos hecho nosotros es sentar las bases científicas para que puedan optar a ello, pues cuentan con una materia prima y con unos marcadores varietales totalmente aptos para ellos y sólo necesitaban el aval de nuestras comprobaciones tanto en el laboratorio como en la sala de cata”.
En la región, el territorio oleícola se subdivide en 12 zonas repartidas entre Cáceres y Badajoz. En esta provincia: Alburquerque, Vegas del Guadiana, Tierra de Barros, La Siberia, La Serena y el resto de la provincia (Jerez-Llerena). En Cáceres: Gata-Hurdes, La Vera-Jerte-Ambroz, Ibores, Logrosán-Guadalupe, Montánchez y resto de la provincia.