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Más del 90% del aceite de oliva consumido en el mundo se demanda en los mismos países productores, según el presidente de GEA Westfalia Separator Ibérica, Juan Vilar Hernández, que ha presentado estos datos en una Master Class impartida en unas jornadas en la UNIA. En este sentido, dejó claro que estas cifras demuestran que “no hay mejor elemento de promoción del consumo interno de aceite de oliva que la producción propia”, ya que el consumo per cápita en los países productores, de media, es siete veces superior que en las naciones que sólo son consumidoras.
Vilar pone de manifiesto que la tendencia del ciclo de consumo de aceite de oliva se hace en varias etapas en el ámbito de un país. En primer lugar, se comienza a consumir en una escala no muy elevada y, tras esa etapa, se inicia la potenciación de la producción. De forma inmediata se desencadena un incremento de consumo que obliga a importar en grandes cantidades para que el aumento de la demanda pueda ser abastecido. En cuanto a las estrategias para potenciar la demanda internacional, indica que existen tres estrategias adecuadas.
En primer lugar, es necesario fomentar la demanda en países productores habituales, pues el esfuerzo es menor y, debido al arraigo, los resultados se obtienen más rápido y en mayor medida. A continuación, hay que potenciar el consumo en países incorporados de forma posterior, a medio plazo, por la familiaridad, los recursos necesarios son menores, y los resultados alcanzados muy razonables. Por último, se han de incentivar medidas encaminadas a promocionar el producto en economías saneadas, pero que no sean productoras de aceite de oliva. “A esto ayuda el que, en la actualidad, el aceite de oliva sea uno de los productos que mayor popularidad posee a nivel internacional, una situación similar a lo que sucede con el vino”, señala.